Marcos Llorente está siendo uno de los jugadores que más titulares está protagonizando desde que volvió el fútbol, aunque antes, en la vuelta de octavos de la Liga de Campeones en Liverpool, ya fue el jugador clave del Atlético para dar la sorpresa y eliminar al conjunto inglés. Ya entonces Simeone probó el invento: aprovechar las ganas de Llorente de comerse el terreno de juego para que jugase más adelantado, como interior derecho, y llegase a la portería rival, y no pudo salirle mejor la apuesta.
Con el regreso de LaLiga, el técnico argentino ha seguido potenciando esa llegada del madrileño: “vimos que Llorente hacía goles y goles entrenando, debíamos aprovecharlo”. Así las cosas, el puesto de mediapunta es el nuevo hábitat del exmadridista, que no encontraba sitio en el doble pivote del centro del campo, hogar habitual de Thomas, Saúl o Herrera. Una posición que era la suya y en la que destacó con Solari en el Madrid al cubrir la baja por lesión de Casemiro, firmando buenas actuaciones como la del Mundial de Clubes o el partido de Champions en Roma. Pero Zidane nunca acabó de verlo como su mediocentro, quizá porque perdía la posición, algo que le achacaban sus críticos. Pero el Cholo le encontró una nueva función donde podía dar rienda suelta a su despliegue físico y llegada arriba, un movimiento similar al que en su día hizo Raúl García, con quien ahora le comparan.
No son pocos los jugadores que, acostumbrados a una posición y funciones concretas, adaptaron su fútbol a otros menesteres, ya fuese adelantando, retrasando o centrando su posición. Repasemos algunos de estos casos de futbolistas que cambiaron con éxito sus tareas.
Andrea Pirlo
Pirlo era uno de los grandes talentos jóvenes de Italia desde su posición de trequartista, pero le costaba hacerse un hueco en el Inter, que no tardó en hacerse con sus servicios. En sus inicios, su camino estuvo muy vinculado al de Roberto Baggio: coincidió con Il Codino en el equipo nerazzurro, que le cerraba las puertas de la titularidad. Buscó minutos en forma de cesiones, y en la segunda, en el Brescia, volvió a coincidir con él.
Tener a dos talentos como ellos en el Brescia y sentar a uno parecía pecado, y el técnico Carlo Mazzone encontró una solución: retrasar a Pirlo hasta la posición de regista o metrónomo, delante de la defensa en lugar de detrás de los delanteros, donde podría aprovechar su clase, visión de juego y precisión en el pase. A Pirlo no le sobraba velocidad, regate ni gol, por lo que el cambio parecía beneficiar mucho más a sus virtudes.
Ya en el Milan, Carlo Ancelotti decidió seguir probando a Pirlo en esa posición, y el resto es historia del centro del campo que formó junto a Seedorf, Gattuso o Kaká.
Philipp Lahm
El alemán ya era un jugador polivalente, pues podía jugar en ambos laterales y rendir magníficamente en ellos, pero con la llegada de Guardiola al Bayern dio un paso más: el técnico vio en Lahm virtudes de centrocampista, “uno de los futbolistas más inteligentes que he entrenado”, y decidió ubicarle en el centro del campo como mediocentro ante las bajas del equipo. Lahm no estaba del todo contento con su cambio de posición, pero su rendimiento fue bastante satisfactorio, aunque siempre se le recordará como uno de los mejores laterales que dio el fútbol europeo.
Hoy, ya retirado, tiene en la plantilla un alumno aventajado como es Joshua Kimmich, que puede también jugar de lateral o centrocampista haciéndolo fantásticamente bien en ambas posiciones.
Sergio Ramos
Lo suyo fue la crónica de un cambio de posición anunciado, pero se hace extraño hoy recordar al Sergio Ramos que jugaba de lateral y recorría la banda constantemente, aunque algo ha quedado de sus ganas de incorporarse al ataque. Ya desde sus inicios se decía que marcaría una época como central, pero lo cierto es que fue lateral derecho muchos años y a muy buen nivel. Así ganó sus dos primeros títulos con la selección en 2008 y 2010. Ya en 2012, tras la retirada de Puyol, fue central con Arbeloa ocupando su sitio en el lateral derecho.
En el Madrid fue Mourinho el encargado de afianzar su posición en el centro de la zaga al lado de Pepe, y con Varane creciendo junto a ellos. Arbeloa ocupó igualmente su sitio en el costado derecho hasta la irrupción de Carvajal.
Un movimiento similar al de otro gran defensa como Maldini, que también fue centrando su posición con los años hasta afianzarse como central y formar una gran dupla con Alessandro Nesta en, cómo no, el Milan. También Puyol pasó en el Barcelona del lateral al centro de la defensa, aunque en su caso, fue en este último puesto donde realmente se consagró.
Júlio Baptista
El del brasileño es un caso similar al de Marcos Llorente, pues también era medio defensivo hasta que adelantó su posición y dio rienda suelta a su faceta goleadora. Ya en Brasil jugó algunas veces más adelantado, aunque sin encontrar la estabilidad en esa posición. Una vez fichado por el Sevilla, Joaquín Caparrós vio que no era un mediocentro de corte, sino que tenía cualidades para jugar más en punta; no como delantero, sino por detrás del nueve. Y fue un acierto absoluto, pues como mediapunta, unos metros por detrás de Darío Silva, Húlio se hinchó a meter goles con la camiseta hispalense, 47 en dos temporadas.
Su gran rendimiento le valió su fichaje por el Madrid, sin embargo, en un equipo en el que había otros futbolistas en esa posición, apenas jugó de mediapunta.
José María Gutiérrez, Guti
Lo que no sobraban en el Madrid eran delanteros en la campaña 2000-2001. Era la primera de Florentino Pérez, que se gastó los cuartos en el fichaje de Figo. Anelka se fue después de una temporada, y Morientes y Raúl quedaron como responsables del ataque además de Munitis, también fichado ese año. Pero Morientes se lesionó, y Del Bosque se quedó sin el único delantero centro puro que tenía. La solución fue inventarse a Guti de nueve, futbolista que rara vez se consolidaba como titularísimo en el centro del campo, y la apuesta le salió bien: 14 goles en liga que ayudaron a ganar el título aquella temporada.
Al año siguiente, ya sin lesiones, Morientes recuperó su sitio, y posteriormente fueron llegando Ronaldo, Van Nistelrooy, Higuaín… Guti no volvió a ponerse al frente del ataque y regresó a sus tareas de asistente, pero cumplió cuando tuvo que hacerlo.
Loren Juarros
El caso de Loren destaca por radical: comenzó siendo el delantero centro de la Real Sociedad de Bakero y Begiristain y alcanzando el subcampeonato liguero. Tras algunas temporadas en el antiguo Atocha, el Athletic pagó su cláusula y se lo llevó a San Mamés, algo que dañó las relaciones entre los clubes. Su paso por Bilbao fue discreto, sin embargo, sucedió algo que sería clave en su carrera: Javier Clemente decidió alinearlo de central en el otro lado del campo, y Loren respondió bien.
Tras dos temporadas poco fructíferas en el Athletic fichó por el Burgos, de nuevo como delantero, antes de volver a la Real Sociedad. John Benjamin Toshack emuló a Clemente y puso a Loren de central, donde formaría junto a Pikabea el centro de la zaga durante casi una década.
Ryan Giggs
Giggs cabalgó durante muchos años la banda izquierda de Old Trafford, y se convirtió con la camiseta del Manchester United en uno de los mejores extremos que ha dado el fútbol europeo. El paso de los años limitó su capacidad de subir la banda, pero todavía tenía clase más que de sobra para ser un fijo de Sir Alex Ferguson, que lo recicló para convertirlo en el organizador de juego del equipo.
“Ahora jugaba en el centro del campo, no con más responsabilidades defensivas, pero ya no era el delantero que iba a marcar la diferencia, ahora le daba el balón a los delanteros para que hicieran daño. Rooney, Chicharito, Cristiano Ronaldo… Solo tenía que darles el balón tan pronto como fuera posible.” De esta forma, el futbolista galés formó junto a Carrick un buen centro del campo.
Gareth Bale
Y pasamos a otro gran futbolista galés de banda izquierda que, sin embargo, empezó su carrera en el Southampton como lateral izquierdo. Una vez en el Tottenham, compitió por el puesto en el lateral zurdo con el camerunés Assou-Ekotto, hasta que Harry Redknapp decidió adelantarlo unos metros. No es extraño que un futbolista de banda adelante o retrase su posición, pero en el caso de Bale, pasó de ser un buen lateral a una estrella. Sus condiciones físicas, su pegada y exhibiciones como la del Giuseppe Meazza en Champions lo catapultaron al primer plano internacional.
Sin embargo, su explosión definitiva llegaría con Villas-Boas en el banquillo, quien decidió centrar su posición y consiguió con ello que el galés multiplicara sus cifras goleadoras como segundo punta. Después de ese año fichó por el Madrid, donde se acomodó en la banda derecha de la BBC para ser importante en los éxitos recientes del club.
Juanma López
Empezamos con un jugador del Atlético y cerramos con otro: López no tiene el pedigrí de otros futbolistas de esta lista, pero su caso fue sorprendente en su día. Medalla de oro en los JJOO de Barcelona, se trataba de un central, como poco, expeditivo, de esos que deja pasar el balón o el jugador, pero no a los dos juntos. Por eso llamó la atención la evolución que tuvo con Antic en el banquillo, el técnico del doblete rojiblanco de 1996.
A menudo, el técnico serbio recurrió a López para jugar en el lateral, y tal fue su buen desempeño por la banda derecha que incluso fue un paso más allá y lo utilizó como centrocampista por esa banda. Una metamorfosis desde luego inesperada en un futbolista de esos considerados leñeros, y que incluso le valió para ser convocado por Clemente para la Eurocopa de 1996 en Inglaterra.