No será la temporada 2015-16 aquella que Rafa Benítez marcará en rojo como predilecta en su dilatada trayectoria en los banquillos. Bien es cierto que cumplió por fin su sueño de dirigir al Real Madrid, pero su estilo funcionarial, estricta pizarra y gesto adusto no caló en la plantilla. Cuando los resultados dejaron de acompañar como a principios de campaña, la destitución fue un hecho. Podría haberse tomado sabática el resto de la temporada y comentar plácidamente partidos desde la televisión inglesa, pero un nuevo reto llamó a su puerta desde su apreciado fútbol inglés: el Newcastle, un histórico en apuros, requirió de sus servicios para lograr la permanencia, un objetivo muy distinto al que se marcaron a principios de temporada. El reto era difícil pero apasionante: levantar y salvar a un equipo que no sólo estaba muy mal posicionado en la tabla, sino con una dinámica muy negativa y con un pequeño margen de error a falta de nueve partidos por disputarse. Benítez, ávido de volver a sentarse en un banquillo y con el que podría ser un buen proyecto de cara a próximas temporadas, aceptó el desafío. Con Aston Villa ya entonces prácticamente descendido, entre Norwich, Sunderland y Newcastle sólo se salvaría uno, pues los demás (Crystal Palace, Swansea, Bournemouth…) ya se habían alejado lo suficiente. Ha sido el Sunderland el que, tras dos victorias consecutivas el pasado sábado ante el Chelsea y el miércoles ante el Everton, ha logrado la permanencia, pero la sensación que queda es que con un poco más de tiempo, Benítez habría logrado el complicado objetivo.

No llegó en el mejor momento posible tras sustituir a Steve McClaren: su primer partido sería en el King Power Stadium ante el glorioso Leicester, que andaba su camino hacia el título. No fue malo el partido de las Urracas teniendo en cuenta que Benítez apenas llevaba unos días, pero una chilena de Okazaki dio la victoria al conjunto de Ranieri. Tras el partido contra el líder vendría la prueba de fuego: dos partidos seguidos contra Sunderland y Norwich, los rivales directos. Primero empató en casa contra el Sunderland tras marcar Aleksandar Mitrović en los últimos minutos del encuentro, y después llegaría el frenético encuentro en el campo del Norwich. Por dos veces se adelantaron los locales y dos veces empató de nuevo Mitrović, que había salido desde el banquillo. Pero en el minuto 93, Martin Olsson le dio la victoria al Norwich. Un punto de seis contra los equipos ante los que tenía que jugarse la permanencia era un escaso bagaje para una situación tan apurada. La posterior derrota ante el Southampton no hizo sino confirmar lo difícil de la empresa de Benítez, pero entonces llegó la reacción.

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El técnico madrileño, ya con algunas semanas en el banquillo de los Magpies, prescindió de los nombres para centrarse en el rendimiento. Así, jugadores como Wijnaldum, fichaje estrella de la temporada que empezó marcando varios goles, Jonjo Shelvey, centrocampista internacional inglés que había costado 16 millones de euros en el mercado de invierno procedente de Swansea, o Ayoze Pérez, goleador canario en anteriores temporadas, pasaron por el banquillo. También Mitrović a pesar de sus buenos números, pues Benítez confió al senegalés Papiss Cissé la punta de ataque, quizá porque trabajaba más o mejor que el delantero serbio. El polivalente holandés Anita encontró su sitio en el lateral derecho en detrimento de su compatriota Janmaat, Tioté y Colback se hicieron fijos en el centro del campo igual que el extremo internacional Townsend (también llegado en el mercado de invierno procedente del Tottenham por 15 millones de euros) en la banda derecha, y Sissoko, que estará en la Eurocopa con Francia, continuaría siendo uno de los referentes en la línea de tres cuartos.

Tras cuatro partidos, la primera victoria llegó en St. James’ Park tras golear al Swansea por 3-0. Después vendrían dos complicados partidos: primero en Liverpool y después en casa ante el Manchester City en partido aplazado de la jornada 27. Logró sacar dos empates: 2-2 en Anfield tras empatar el 2-0 inicial de los reds y 1-1 ante los de Pellegrini. Posteriormente llegaría la visita del Crystal Palace, y un gol de Townsend daría la victoria a los de Benítez. Con ocho puntos de los últimos doce disputados, el Newcastle salía de los puestos de descenso aunque con un partido más que Sunderland y Norwich.

Andros Townsend, clave en la reacción del Newcastle

Andros Townsend, clave en la reacción del Newcastle

El siguiente partido, el penúltimo de la temporada, sería trascendental: el Newcastle visitaba el campo del ya descendido Aston Villa, mientras Norwich y Sunderland tenían dos complicados partidos ante Manchester United y Chelsea. Primero el Norwich perdió en casa con los red devils, y posteriormente Newcastle y Sunderland jugarían al mismo tiempo. Empezó perdiendo el Sunderland con un gol de Diego Costa y, tras empatar poco después, Matić daba de nuevo la ventaja a los de Hiddink. No obstante, Borini y Defoe consiguieron remontar el marcador y darle una victoria vital al Sunderland. Por su parte, pasaban los minutos en Villa Park y el Newcastle no conseguía marcar. El 0-0 final supuso un duro mazazo para los Magpies y Benítez reconocía en rueda de prensa que los suyos no habían logrado controlar la ansiedad. Sunderland y Norwich jugaron el pasado miércoles sus respectivos partidos aplazados mientras al Newcastle no le quedaba otra que ver por televisión el destino de la temporada. Ambos hicieron los deberes: el Norwich derrotó al Watford pero de poco le sirvió, ya que el Sunderland, que dependía de sí mismo, ganó holgadamente al Everton por 3-0 y consiguió la permanencia matemática. Newcastle y Norwich estaban descendidos.

De poco servirá la última jornada ante el Tottenham, donde los Spurs sí tienen aún que sellar la segunda plaza respecto a sus vecinos gunners. Benítez logró cambiarle la cara al equipo y acabó sacando resultados con un grupo que estaba a la deriva, pero le faltó más tiempo. Así lo reconocen en el club: la directiva quiere que continúe e incluso la afición, a la que se ha metido en el bolsillo, ha publicado una carta en los medios para que siga en el banquillo. También se ha ganado a la plantilla, algo que no consiguió en Madrid. El capitán, el veterano Coloccini, reconoció que si hubiese llegado antes quizá habría logrado salvar al equipo.

Benítez firmó un contrato por tres temporadas con una cláusula que le dejaba libre en caso de descenso, pero quizá consigan convencerle para el reto de devolver al equipo a la máxima categoría procedente de la Championship. En St. James’ Park le esperan de vuelta con los brazos abiertos.

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Gabriel Caballero

Periodista
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