Lo normal hubiera sido una victoria más o menos cómoda para Estados Unidos, pero el fútbol tenía otros planes. Los norteamericanos habían empezado bien la Copa América con una convincente victoria ante Bolivia, gracias en buena parte a la actuación de su línea de ataque en general y de Pulisic en particular: el jugador del Milan, tras una buena primera temporada en Italia, fue protagonista al marcar y dar una asistencia. Balogun, autor del otro tanto, y Timothy Weah completaban el tridente de ataque y daban alas a los yankees, pero el choque ante Panamá fue otra historia: los canaleros se llevaron una victoria histórica del Mercedes-Benz Stadium de Atlanta.

Tim Weah no tuvo un año sencillo en la Juventus: el hijo del mítico George Weah, único futbolista africano ganador del Balón de Oro en 1995, cuando vestía la camiseta del Milan, llamó la atención de la Vecchia Signora gracias a sus actuaciones en el Lille, pero su primer año en el Calcio no resultó como se esperaba. La competencia en la banda derecha juventina, la adaptación al fútbol italiano y el esquema de Allegri, que lo ubicaba como carrilero más que como extremo, fueron escollos en el camino del norteamericano, quien decidió vestir la camiseta estadounidense al haber nacido en el año 2000 en Nueva York, donde vivía su madre, mientras George Weah daba sus últimos pasos como futbolista profesional. De esta forma, Tim cumplió en 2022 lo que nunca pudo su progenitor con Liberia: disputar un mundial.

Esta Copa América suponía la oportunidad para Weah de redimirse de su discreta temporada, y había comenzado con buen pie ante Bolivia al protagonizar un buen partido en la banda derecha de los pupilos de Berhalter. El segundo encuentro, ante Panamá, debía ser el que sellase el pase a la siguiente ronda de Estados Unidos, pero, en el minuto 18, a Weah se le fue la cabeza al golpear al panameño Miller sin balón de por medio. Tras consultar el VAR, el árbitro decidió expulsarlo.

Fue bueno para el interés del partido: pasó a ser un choque más igualado de lo que se presuponía, pero no para los intereses de su selección. Y eso que, apenas cinco minutos después de la expulsión, el delantero del Mónaco Folarin Balogun marcaría su segundo gol en el torneo al inventarse un tremendo disparo desde el borde del área. No obstante, cuatro minutos después Blackman empataría para los panameños.

El partido se complicó para Estados Unidos: Panamá tendría la iniciativa y Pulisic apenas entraría en juego. Fue un encuentro duro, tenso y disputado hasta que, en el minuto 83, Fajardo marcaría el segundo para Panamá. Pero, lejos de acabar ahí la cosa, a Carrasquilla se le fue la mano, o más bien la pierna, al entrar excesivamente fuerte a Pulisic y ganarse la roja directa cuando su selección defendía el resultado. A partir de ahí, las hostilidades se incrementaron al mismo tiempo que las faltas y las tarjetas amarillas, hasta que llegó el final del partido y, con él, una victoria sorprendente y de prestigio para los de Thomas Christiansen.

El técnico hispano danés, antiguo delantero de Racing, Osasuna o Sporting que llegó a ser internacional con España cuando jugaba en segunda con el Barcelona B, lleva ya cuatro años al frente de la selección panameña, tiempo en el que su equipo ha crecido, y ahora, en la segunda participación del país en una Copa América tras la de 2016, ha conseguido una victoria que sus aficionados recordarán por largo tiempo.

A Estados Unidos, por su parte, se le complica el grupo: tiene que jugársela en la última jornada ante la Uruguay de Bielsa, Fede Valverde y Darwin Núñez, una de las favoritas. La anfitriona del campeonato tendrá que remar a contracorriente cuando parecía tener viento a favor.

En NdF | Thomas Christiansen en Panamá

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Gabriel Caballero

Periodista
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