¿No queríamos caldo? Pues la Selección nos dio seis tazas. Empachados terminamos de la histórica goleada (6-0) a Alemania, cuatro veces campeona del mundo, pero queremos más. Algo bueno tenía que tener la UEFA Nations League. Porque si hace unos días, tras el desaborido empate ante Suiza ―que llegaba después de perder ante Ucrania― reclamábamos un poco más de espectáculo para no caer en el bostezo fácil ni en la desgana más absoluta a siete meses de la Eurocopa, el combinado de Luis Enrique dio un golpe sobre la mesa apabullando a una Mannschaft desconocida y cuyo seleccionador, Joachim Löw, podría tener los días contados.
Día de reivindicaciones
Fue una noche redonda en La Cartuja en la que todo salió a pedir de boca y en la que futbolistas cuyo pasaporte a la Eurocopa estaba en duda, salieron reforzados. En ese sentido, Morata, de dulce en la Juventus, ha trasladado su buen momento con la escuadra italiana a la Roja. Y, de paso, ha reclamado su cuota de protagonismo para una posición de ‘9’ que sigue sin tener un poseedor absoluto. Es cierto que Álvaro volvió a marcar en fuera de juego ―uno de esos defectos que debe pulir― pero no lo es menos que consiguió abrir la lata con un gran testarazo. Participativo, insistente, buscó el gol en todo momento.
También Koke, que no jugaba con España desde octubre de 2018 y que parecía relegado al olvido, supo aprovechar sus minutos en el centro del campo, en el que fue titular junto a Canales y protegido por Rodri. El del Manchester City es otro que pese a todo lo que apuntaba, no ha logrado arrebatar la titularidad a Busquets ―lesionado para este encuentro―, por lo que el aplastante triunfo ante los alemanes le vendrá de perlas para ganar en confianza tanto en lo personal como en los respectivo a ‘Lucho’. Gayà, en la izquierda, se va adueñando de ese perfil del que parece que ya no se va ni con lejía y otros como el citado Canales o Pau Torres van haciéndose hueco como también lo hacen Dani Olmo, Gerard Moreno, Fabián u Oyarzabal.
Sin embargo, si hay que destacar un nombre por encima de todos, ese es el de Ferran Torres. Autor de un hat-trick, la ganga del verano que se llevó el City ha comenzado el curso como una moto y ante Alemania fue el motor atacante por el lado derecho. No le hace ascos a nada. Encara, desborda, asiste y dispara. Y marca. Hasta en tres ocasiones y al inexpugnable ―hasta ayer― Neuer. Abusó de su marcador, Philipp Max, y aunque fue autor de tres, podría haber firmado si la puntería le hubiese acompañado, hasta un repoker. El chaval, ya se sabía, tiene madera de crack, y a sus 20 años al menos inocula ilusión a borbotones entre los aficionados.
¿Un antes y un después?
El 6-0 es una auténtica barbaridad, pero es algo que rara vez se repetirá. Alemania no veía un resultado de tenis en contra desde 1931. Y los árboles, aunque sean vistosos y de ellos florezcan ilusiones, no nos deben impedir ver el bosque. En este caso, un rival pusilánime, irreconocible, que sirvió en bandeja de plata la dosis de esperanza y fe que a la Roja le hacía falta inyectarse en vena tras los últimos acontecimientos. Evidentemente, y parafraseando al gran Manolo Preciado tras ganar al Dépor en 2008 con su Sporting, «ni ahora somos el Bayer Leverkusen ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos». Así que esta victoria debe saborearse, porque es histórica, pero no convierte a España en favorita para la Euro, aunque hoy lo parezca un poquito más que ayer. Toca tomar nota de lo positivo, mejorar las carencias de anteriores envites y seguir dando forma a una Selección que si precisaba identidad propia, anoche reunió todas las condiciones para construirla en torno al 6-0.
PD: Sobre la Final Four de la UEFA Nations League: las semifinales se jugarán los días 6 y 7 de octubre de 2021, y la final y el partido por el tercer puesto, el 10 de octubre de 2021.
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