Ya está en semifinales, pero Alemania no está dejando buenas sensaciones en este Mundial de Brasil 2014. A nivel colectivo, los de Joachim Löw dejan muchas dudas, pero al final siempre están entre los mejores. En esta ocasión lo están por seguridad en sí mismos y sobre todo, por calidad individual. Puede que sea la mejor plantilla del campeonato.
Después de las malas sensaciones ante Argelia, Löw apostó por un once más clásico, con Lahm volviendo al lateral derecho, Khedira recuperando la titularidad en el centro del campo, y Klose ocupando la posición de delantero centro en detrimento de un Götze que se iba al banquillo. El conjunto teutón adoptaba un estilo más compensado y rocoso ante una Francia que amenazaba la espalda de su defensa.
El problema para esta Francia, que tan buenas sensaciones nos había dejado sobre todo en la fase de grupos, fue verse por detrás en el marcador desde el minuto 11. Balón parado ejecutado por Kroos, que remata de forma impecable Hummels tras ganar una preciosa batalla aérea a Varane. Mal contexto para los de Deschamps.
Mal contexto porque esta Francia -y más aún cuando el titular es Griezmann en lugar de Giroud- vive de las transiciones rápidas. De atacar al espacio, de los huecos que crea Benzema para las diagonales de Griezmann o las incorporaciones de Pogba y Matuidi. Ayer, esos espacios no existían porque Alemania, con la ventaja en el marcador, no quiso correr riesgos. El centro del campo no perdía posición y los laterales apenas se incorporaban.
Así pues, las limitaciones de Francia se acentuaron más que nunca en este Mundial. Su creatividad en el ataque estático es muy baja. Con Cabaye desaparecido en la creación, la única opción de Francia era encontrar la conexión entre Benzema y Griezmann. De ellos salieron las mejores ocasiones galas, pero siempre se estrellaron contra un inspiradísimo Neuer, que al igual que contra Argelia demostró que es uno de los mejores porteros del Mundial. Él sólo se basta para hacerle creer a sus compañeros que pueden ser Campeones del Mundo, como demostró en esa última jugada del partido, en la que un disparo durísimo de Benzema fue desviado con puño de hierro.
Sin convencer, pero cuarta semifinal consecutiva para Alemania en los mundiales. Les espera Brasil, en un duelo en el que necesitarán más brillo que el de Neuer si quieren estar en la gran final. Por su parte, Francia cae en cuartos pero con la cabeza alta. Han evidenciado su punto débil ante Alemania, pero poseen mimbres suficientes y juventud como para seguir creciendo de cara a la Eurocopa que organizan en 2016, y en la que serán una de las principales favoritas.
