Mundial Brasil 2014: David Luiz coge el timón

Antes de seguir leyendo, dedicad unos segundos a observar la cara de David Luiz en esta foto. Esa expresión facial habla por sí sóla. Y no sólo porque acababa de marcar uno de los goles del Mundial de Brasil 2014 cuando peor lo estaba pasando su equipo, sino porque manifiesta la emoción, pasión y motivación que a sus compañeros y a él les sirven de combustible en cada partido.

Brasil no ha llegado a completar ningún partido en el que dominase el juego de principio a fin. Incluso ha sufrido para sacar el resultado adelante en cada choque. Sin embargo, en los ratos que ha conseguido jugar bien, ha sido con ráfagas que intimidan. La mejor de ellas la protagonizó en la primera parte de ayer ante Colombia. Brasil superó por completo a su rival, y lo cierto es que cuando juega así, ninguna selección de este campeonato podría hacerle frente.

Esas ráfagas no son a base de inspiración en el juego, de creatividad por así decirlo, sino de un estado de ánimo. Brasil se alimenta de la motivación de las gradas y la obligación de ser Campeón para salir al campo con la única idea de aplastar a su rival. Y lo hace a base de casta, empuje y forzar el error del contrario. En esa primera parte ante Colombia, lograron un caudal de ocasiones muy grande, pero sólo a través de Thiago Silva pudieron superar a Ospina. Quizás ese poco acierto a la hora de materializar tantas ocasiones sea uno de los puntos débiles de la Canarinha, pero es que Fred no es Ronaldo Nazario.

Sin embargo, el gran problema para Brasil es que mantener un nivel de intensidad y despliegue físico tan descomunal durante 90 minutos es imposible, y es ahí donde el equipo contrario, si aún sigue vivo, recupera sus opciones. Colombia lo hizo liderados por un James Rodríguez que demostró que las expectativas sobre su persona no son exageradas. El del Mónaco asumió galones y lideró el juego de su equipo con personalidad y criterio. Sin precipitarse buscando disparos difíciles ni dejarse llevar por la primera posición de la tabla de goleadores, James sirvió de enganche para unir defensa y ataque. Las mejores jugadas de Colombia partieron de sus botas, encontrando los pocos huecos que dejaba la rocosa defensa brasileña.

Porque esa línea defensiva de Brasil es su punto fuerte a la hora de competir. La pareja de centrales que conforman Thiago Silva y David Luiz es un auténtico muro. Sabemos que el primero nunca falla, mientras que el segundo está demostrando en el Mundial -al igual que el pasado verano en la Confederaciones- que disfruta aceptando el desafío de proclamarse Campeón en su país. No sólo es su concentración defensiva -que tantas veces le ha faltado en Stamford Bridge-, sino que desprende una seguridad en sí mismo con la que impregna a sus compañeros -como Marcelo, que defiende con una fiereza que nunca le ha caracterizado-. Esa seguridad en sí mismo quedó reflejada con el brutal disparo en lanzamiento de falta lejano que supuso el 2-0. Cuando mejor estaba Colombia, cuando más estaba sufriendo Brasil, David Luiz se sacó de la chistera un gol para la historia.

Parecía todo visto para sentencia, pero Colombia volvió a hacer gala de la gran personalidad que le ha llevado por primera vez a los cuartos de final de un Mundial. Un penalti de Julio César sobre Bacca sería transformado por James en el minuto 80, para hacer soñar a la selección cafetera con una prórroga inesperada, pero en cierto modo merecida. Tuvieron ocasiones, pero finalmente su camino en el torneo no pasó de los cuartos de final. Sin embargo, Colombia puede irse orgullosa por haber sido una de las selecciones más atractivas del torneo. Dada su enorme juventud y calidad, no cabe duda de que el margen de crecimiento es grande, y para el próximo Mundial pueden ser una de las grandes alternativas a los que siempre parten como favoritos.

A Brasil ya sólo le quedan dos partidos para levantar su ansiado trofeo, pero no serán un camino de rosas. No sólo por la entidad de los rivales -en semifinales, Alemania-, sino por haber perdido a su jugador franquicia. Neymar se despide del Mundial con una vértebra rota después de un aparatoso rodillazo de Zuñiga. Mala noticia para Scolari, que tampoco podrá contar con Thiago Silva en semifinales por acumulación de tarjetas.

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Daniel Iglesias

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