Mundial Brasil 2014: Godín condena el proyecto de Italia

Italia se ha ganado a lo largo de su historia el derecho a contar siempre con ellos antes de cualquier competición, aunque acudan a ella en un mar de dudas, como era el caso en este Mundial de Brasil 2014. Su gran victoria en el debut ante la selección inglesa nos hizo creer que podíamos estar ante una Italia diferente en estilo pero igualmente poderosa, pero las expectativas se redujeron drásticamente con la inesperada derrota ante Costa Rica, y todo se fue definitivamente al traste con la eliminación de ayer martes a manos de Uruguay, que provocó las dimisiones de Cesare Prandelli y de Giancarlo Abete, presidente de la Federación Italiana de Fútbol. Ya son dos mundiales consecutivos en los que Italia se va a casa en la fase de grupos.

Prandelli ha querido darle un nuevo estilo a Italia que no ha terminado de asentarse. Ha apostado por centrocampistas de calidad, como Pirlo, Verratti y Marchisio. Ha querido llevar a cabo un juego de toque con estas piezas, pero no han encontrado socios con los que desarrollar una mayor verticalidad en el juego. Ante Uruguay, la mayoría de futbolistas italianos estaban por detrás de la pelota a pesar de jugar con dos puntas. Pirlo y compañía levantaban la vista y sólo encontraban a un Immobile que no da el nivel para jugar en la selección italiana, y un Balotelli que ayer tenía uno de esos días con los cables cruzados, que le impiden ser reconocido como uno de los mejores delanteros de Europa.

Al otro lado, una Uruguay experta en supervivencia. Como equipo tiene muchas fisuras, pero las equilibra con una delantera de primer nivel y sobre todo, un espíritu incomparable. La garra charrúa va implícita en unos jugadores que luchan cada balón de cada partido como si fuera el último, que no tiran la toalla hasta el final, y que no han necesitado brillar en su juego para dejar en la cuneta a Italia.

Necesitaban la victoria, pero ni siquiera atacaban con insistencia. Se centraban en no encajar, con una defensa liderada por un Godín estratosférico, que no dejó que Immobile controlara un sólo balón. Los puntas no creaban ocasiones, pero trabajaban para evitar que Italia las creara. Especialmente un Cavani que no permitió nunca que Pirlo jugara con comodidad.

Todo cambió con la expulsión -rigurosa bajo mi punto de vista- de Marchisio en el minuto 60. Reaccionó rápidamente Óscar Tabárez, con un cambio ofensivo en el que retiró a Pereira para dar entrada a Stuani. Más tarde sería Gastón Ramírez el que entraría al césped, para dar mayor criterio y creatividad a una Uruguay que no encontraba la forma de penetrar la defensa azzurra. Por eso no fue casualidad que el gol de la victoria llegara a balón parado, con un remate de Godín -¡menuda temporada del jugador colchonero!- con la espalda inalcanzable para un Buffon que firmó una actuación colosal en su despedida de los mundiales.

Justo antes, había tenido lugar la acción de la que todo el mundo habla hoy. Forcejeo entre Chiellini y Luis Suárez, que terminó con un mordisco del jugador del Liverpool -y ya van tres en su carrera-. Una acción que enturbia su gran actuación ante Inglaterra, que podría costarle una sanción muy dura por parte de la FIFA, y que seguro que estará haciendo que equipos como Real Madrid y FC Barcelona se replanteen su fichaje.

Sobre el autor Ver todos los posts

Daniel Iglesias

Tu Fe Nunca Decaiga