Mundial Brasil 2014: Unos cuartos caídos del cielo

En la cuarta prórroga de este Mundial, Argentina salvó los muebles gracias a su particular ángel, que evitó la fatídica tanda de penaltis en el minuto 118 del encuentro. Ángel Di María está cuajando un Mundial excelente y hoy ante la correosa Suiza se erigió como protagonista al anotar el gol decisivo. Pero hizo más, mucho más: el extremo del Real Madrid es el símbolo de la constancia, la entrega, la lucha y de los pulmones eternos. Y nadie sino él debía ser el que declinara la balanza a favor de la albiceleste. Todo hay que decir que tuvo un buen aliado, un Leo Messi que se encargó de darle ese último pase para que el Fideo sentenciara. Pero hasta entonces, Messi brilló más por su ausencia que por su fútbol.

Argentina ya está en los cuartos de final del Mundial de Brasil 2014 pero está jugando con fuego desde el primer partido. Es una de las favoritas y todavía no se le recuerda un partido brillante en este torneo, ni siquiera media hora buena que destacar. Sin estar en el grupo más difícil, pasó con más pena que gloria de la primera fase, sin exhibir un juego acorde con los galones de los jugadores que componen esta selección, maquillando sus actuaciones con chispazos de talento individual en las botas de La Pulga.

Suiza ha puesto entre las cuerdas a Argentina con un planteamiento quizás demasiado cobarde para unos octavos de final, pero efectivo hasta el minuto 118. Ottmar Hitzfeld sabía que su equipo tenía que hacer dos cosas, principalmente: bloquear a Messi y concederle libertad de movimientos a Xherdan Shaqiri, su mejor hombre. Sus pupilos se encargaron de cumplir a la perfección lo primero, pero el mediocentro del Bayern no consiguió brillar como ante Honduras o Ecuador. Sí dejó detalles de muchos quilates, pero insuficientes para inquietar a Romero. Los suizos tuvieron dos ocasiones muy claras: el intento de vaselina de Drmic en el 38 y la de Dzemaili en el 120, cuyo remate encontró primero el poste y tras el rebote en su propia pierna, la línea de fondo. La precipitación en la primera y la mala fortuna en la segunda evaporaron las esperanzas del combinado europeo.

A la vista está que a falta de fútbol, buenos son los chispazos individuales. En Argentina están viviendo demasiado de éstos, pero gracias a ellos se encuentran entre los ocho mejores del Mundial, a la espera de un rival en cuartos (Bélgica o Estados Unidos) que sigue sin antojarse un rival ‘de nivel’ para medir verdaderamente al equipo que dirige Alejandro Sabella. Sea como fuere, a Di María le debía este campeonato su momento de gloria porque es el único que como mínimo, lo está dejando todo sobre el terreno de juego en cada partido: regatea, roba, centra, remata, pasa, corre, corre y sigue corriendo. Unos cuartos caídos del cielo para Argentina que, unos días por Di María, otros por Messi, ya está metido en la pomada.

         

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Raúl Morón

“Algunos creen que el fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso”. Bill Shankly dixit.