Hoy Brasil, ya sin Scolari y con Dunga, sigue lamiéndose las heridas del varapalo histórico que sufrió ante su afición y con la vuelta del excapitán al banquillo tratará, de nuevo, de lograr una Copa América que ya cosechó en 2007. En la canarinha no faltan rostros conocidos como el citado Neymar, su compañero en el Barça y convocado a última hora como Dani Alves por la baja de Danilo, Thiago Silva, David Luiz, Willian, Coutinho… Todos ellos, conocidos por estos lares, apuntan a que serán importantes en la pizarra del técnico. Quizá tanto como uno que suena mucho y que sonará, como Roberto Firmino, el falso ‘9’ de Dunga y que se desempeña en el modesto Hoffenheim de la Bundesliga… por poco tiempo.
Con la técnica propia de un brasileño, con una gran visión de juego que le convierte en un magnífico asistente, nada desdeñable en el uno contra uno, sabe rematar ante el portero contrario y no suele fallar en los mano a mano. Firmino no teme encarar al defensa de enfrente y Dunga espera de él en Chile esos desmarques de ruptura, esos espacios que crea en la zaga contraria y, sobre todo, los goles que probablemente, si no lo ha hecho ya, le catapulten a un grande del fútbol europeo. Si algún ojeador no se ha parado a ver sus características, que sepa que esta Copa América puede ser el trampolín hacia la fama de un Firmino que quiere seguir los pasos de otros como Ronaldinho. Al Hoffenheim le costó en 2010, cuatro millones de euros. Hoy su valor se ha multiplicado. Como la rompa este mes, que prepare el talonario quien suspire por él. Feliz Copa América.