Va de sobrado. A falta de ¡seis! jornadas, el Bayern de Múnich se proclamó este sábado campeón de una Bundesliga en la que ha arrasado cuan vendaval a su paso. Una delicatesen de Schweinsteiger en Frankfurt bastó para vencer al Eintracht (0-1) y cosechar el vigesimotercer título doméstico en la historia muniquesa. Un título anhelado después de dos cursos en los que el Borussia Dortmund se le había adelantado, donde la juventud y el desparpajo de los de Jürgen Klopp se había impuesto a la perfección que este curso ha expuesto el cuadro de Jupp Heynckes.
23 títulos como los 23 años que hacía que el veterano técnico no la ganaba. Desde su primera etapa en Múnich, allá por 1989 y 1990, no sabía lo que era erigirse vencedor del torneo local por excelencia. Heynckes, que deja los banquillos este verano, dejará a su sucesor, Pep Guardiola, un legado difícil de superar. Hace unos meses ya consiguió llevar al Bayern a la final de la Champions y en unos días, y después de ganar a la Juventus en la ida de los cuartos, encarriló el pase a semifinales de esta edición de la ‘Orejona’. Tras el entorchado confirmado ayer, los alemanes también siguen vivos en la Copa alemana, por lo que el triplete, la excelencia pura, es más que posible.
El secreto a voces de este Bayern ha sido, además de una plantilla compensada, mezcla de juventud y experiencia, el no haber dejado de pisar el acelerador desde el primer día. En el arranque de la temporada fue capaz de encadenar ocho victorias consecutivas y, a lo largo y ancho del ejercicio ha sumado goleadas de escándalo, como la más reciente y abultada, los nueve goles que encajó el Hamburgo hace una semana. Ante el Eintracht fue el undécimo triunfo seguido. Sin apenas margen de error, su principal rival, el Borussia, se ha ido alejando en la clasificación hasta llegar a la imponente distancia de 20 puntos entre ambos con la que el sábado cantó el alirón. Con el título bajo el brazo, se avecinan seis jornadas de trámite en las que centrará sus fuerzas en Champions y en Copa. Sus rivales en el Viejo Continente no pueden, de momento, presumir de lo mismo. El trébol brota. Este equipo da miedo.