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La Duodécima es blanca sin discusión

El Real Madrid venció anoche a la Juventus por un aplastante 1-4 para lograr la Duodécima Copa de Europa de su historia. Los blancos suman Liga y Champions en una temporada para enmarcar en la que por primera vez desde el nuevo formato, un campeón de la ‘Orejona’ repite título. El año pasado la víctima fue el Atlético y ésta un conjunto juventino que plantó cara en la primera mitad pero que se esfumó en la segunda con una exhibición blanca. Cristiano, con dos goles, fue protagonista de nuevo en la gran final de Cardiff y, de paso, se aseguró prácticamente su quinto Balón de Oro, los mismos que suma Messi.

Isco titular, James a la grada

La de ayer en el Millenium Stadium fue una tarde que dejó muchos detalles y otras tantas certezas. La titularidad de Isco, confirmada una hora antes del partido, hizo justicia a un año del malagueño para enmarcar. La suplencia de Bale, tras dos meses en el dique seco, fue más que merecida. Muchos presagiaban que el hecho de jugar en casa y, sobre todo, ser uno de los ojitos derechos de Zidane, le permitirían salir de la partida. Eso y, cómo no, su precio. Pero Zidane, a diferencia del famoso derbi en el que lo sacó de titular y se lesionó en los primeros compases, tiró de sentido común y dio las riendas del equipo a Isco. No falló. Bale tuvo sus minutos en el segundo tiempo, y todos contentos.

También se habló mucho de la no convocatoria de James. Algunos tildaban la decisión de ZZ de error, ya que sí estuvieron en el banquillo Danilo o Kovacic. El bendito problema que ha tenido el técnico francés a lo largo del curso es contar con una plantilla la mar de equilibrada. Y no hace falta más que ver que Lucas Vázquez también se quedó en la grada para confirmarlo. En el que seguramente era su último partido de blanco, James vio como el seleccionado para ocupar su puesto en el banco era Asensio, la auténtica revelación del año. Zidane lo sacó en la segunda mitad y el balear no falló. Marcó el cuarto que puso la puntilla a una magnífica final.

Una segunda parte espectacular

Comenzó el partido muy igualado, con una Juventus que parecía salir a por la victoria sin miedo. Tuvo varios acercamientos que se toparon con un gran Keylor Navas, quien a pesar de erigirse como un auténtico salvavidas estos últimos tres meses, parece condenado a ser reemplazado por De Gea. Mientras eso se ve o no, el costarricense fue testigo del primer gol de Cristiano Ronaldo, que acabaría viviendo una noche mágica, y de la igualada minutos después de un Mandzukic que firmó con una gran chilena el gol de la final. No fue suficiente el tanto del croata. No aparecieron en Cardiff ni Higuaín ni Dybala, que si después de jugar contra el Barça lo tasaron en 100 kilos, tras su espantada de ayer quizá pueda valer 20. En cualquier caso, al argentino todavía le quedan muchas oportunidades para levantar una Champions que su compañero Buffon quizá termine su gran carrera por no conseguir.

En la segunda mitad los de Allegri se echaron atrás, quizá queriendo hacer de su gran baza, la defensa y su BBC, la estrategia perfecta para salir a la contra y matar el encuentro. Sin embargo, el Madrid comenzó a sentirse en su salsa, llegando con cada vez más peligro al área hasta que Casemiro, desde fuera de ella, cazó un balón que con la ayuda de Khedira se coló en las mallas de Gigi. El segundo, lejos de espolear a los italianos, sirvió para que el Real Madrid se viniera todavía más arriba. Y en una de esas, Cristiano, el héroe de las últimas eliminatorias europeas, no perdonó para firmar el segundo. Máximo goleador de la competición, pieza clave en la finalísima, el luso va camino de su quinto Balón de Oro.

Superada la hora del partido el Madrid ganaba 1-3 y la Juventus, tocada y hundida, veía como se escapaba su quinta final de Champions consecutiva. Asensio, tras un jugadón de Marcelo, selló la final y confirmó la Duodécima. Nadie discute la enésima Copa de Europa de los blancos, que han vivido un año antológico y que este verano, muy a su pesar, sufrirá cambios. Una plantilla con tanto crack con ansia de jugar podría perder a un Morata que pese a contar con minutos en la final, no termina de desbancar a Benzema, un James al que ya se le ha terminado la paciencia o, quién sabe, un Bale que como se ha demostrado, no es imprescindible para ganar títulos. ¡Felicidades, madridistas!

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