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Kondogbia al Atlético: la puntilla de Lim al Valencia (y a Javi Gracia)

Garay, Ferran Torres, Coquelin, Parejo, Rodrigo y de regalo, Kondogbia. Si algún valencianista, en su sano juicio, hubiese presagiado un escenario tan oscuro en materia de salidas ―porque en la de fichajes, cero patatero―, se merece un monumento. Porque ni en la peor de sus pesadillas el aficionado che pudiera haber imaginado que un martes cualquiera de noviembre otro de sus hombres clave abandonaría el barco rumbo al Atlético con la complicidad de Peter Lim que, a lo lejos, quizá observa como en toda una hinchada aumenta el descrédito, el mosqueo y el asco hacia el propietario de una institución que la ve como lo que en el fondo no deja de ser: en esencia, una de sus muchas empresas, en la que el sentimentalismo no tiene cabida y en la que priman los beneficios económicos en detrimento de los emocionales y deportivos. 15 millones de euros, las ganas del propio futbolista en hacer las maletas y el visto bueno del singapurense han tenido la ‘culpa’.

El traspaso de Kondogbia es la puntilla que le faltaba a la mermada plantilla del Valencia, huérfana de incorporaciones, con un entrenador que se sonroja en cada rueda de prensa en la que le preguntan por su jefe. Javi Gracia sigue ―y deberá seguir― haciendo malabarismos en un equipo con demasiadas carencias y en la que no se vislumbran mejoras a corto plazo.

La íntima esperanza del valencianismo reside en la siguiente ventana de refuerzos, en enero, en la que de alguna manera debería apuntalar, con quien sea, un conjunto que sin embargo sigue compitiendo en el campeonato doméstico, pero del que no se sabe hasta cuándo le durará la gasolina. Sin embargo, teniendo en cuenta los precedentes e incluso la venta de Kondogbia fuera de plazo, uno puede llegarse a temer lo peor: Lim, Murthy y compañía son capaces de seguir desangrando el equipo y dar salida, a saber, a otros futbolistas importantes como Gayà, Carlos Soler o Maxi Gómez. Asusta más que ilusiona un mercado en el que cualquier oferta sobre la mesa, puede hacer brillar los ojos de su máximo mandatario.

Debilitada la defensa, debilitado el centro del campo y debilitado el ataque, a Gracia no le quedará más remedio que seguir confiando en jóvenes muchachos de la cantera dispuestos a decir la suya, a aprovechar su oportunidad en Primera para defender con uñas y dientes un escudo que quienes mueven los hilos, no dejan de ensuciar. Yunus Mushah (17 años), Vicente Esquerdo (21) o Álex Blanco (21) son algunos de los ‘fichajes’ a los que ha tenido que recurrir el técnico. Tras el adiós de Kondogbia, parece que es turno de otro chaval, Koba Koindredi, que a sus 19 años quizá deba también dar el salto en una zona, la sala de máquinas, más mermada que nunca. Mientras tanto, en Singapur, los números le cuadran a Lim. Veremos si en unos meses, los de la clasificación también.

En NdF | Los mensajitos de Koeman, Simeone y Kondogbia

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