Ya está, por fin. El culebrón del verano ha tocado su fin en pleno invierno. Philippe Coutinho (Brasil, 1992) ya es oficialmente nuevo jugador del FC Barcelona. Tras unas negociaciones que se iniciaron durante la época estival y en las que el Liverpool se mantuvo firme en su decisión de no dejar escapar al mediapunta brasileño, finalmente la irrechazable oferta de 160 millones de euros ha terminado por convencer en Anfield, donde aseguran que el jugador soñaba vestir de azulgrana hace tiempo.

160 millones, el sobreprecio

No creo que nadie a estas alturas defienda que el Barcelona —o cualquier club— se gaste la friolera de 160 millones de euros por un jugador de fútbol. El mercado está hinchadísimo. Lo estaba antes y más lo está desde que el PSG pagara 222 por Neymar y 180 por Mbappé en una cesión con opción a compra que se llevará a cabo el próximo verano. De hecho, tras los multimillonarios fichajes parisinos se encuentran Coutinho y Dembélé, que le costó a Barça otros 140.

Como le sucedió en verano, cuando a la desesperada trató de hacerse con los recambios de Neymar, el Liverpool sabía que en las arcas barcelonistas todavía quedaba cash de lo ingresado por el brasileño, más lo previsto para reforzarse si el PSG no hubiese asaltado la banca. Ni Dembéle vale 140, ni Coutinho 160. La burbuja tarde o temprano petará y se volverán a valores más realistas. Todo en una semana en la que precisamente el Liverpool ha pagado 85 kilos por Virgil van Dijk, central del Southampton.

5 años de contrato, 400 de cláusula

El Barcelona presentará a Coutinho, el fichaje de invierno más caro de la historia, el próximo lunes. Lo hará después de que el brasileño firme hasta 2023, por lo que además de lo que resta de esta campaña, vestirá de blaugrana cinco más. Su cláusula ascenderá a 400 millones, cifra aparentemente prohibitiva como también lo parecía la de Neymar, y teniendo en cuenta lo que ha costado, tal vez se quede corta. ¿Por qué no ponerla de 700, por ejemplo, como la de Messi?

Arda Turan, en la rampa de salida

La etapa de Arda Turan en el Barcelona merece un post aparte, pero si ya estaba sentenciado y se le buscaba acomodo antes de la llegada de Coutinho, ahora no cabe duda que es antes de que termine el mes cuando debe hacer las maletas. No sería de extrañar que el ex del Liverpool se hiciera con su dorsal teniendo en cuenta que sólo queda libre el ‘24’ y, en caso de concretarse el adiós de Mascherano —Yerry Mina está también al caer— al Hebei Fortune de Pellegrini, también el ‘14’.

De todas maneras, aunque Arda es el que más oscuro tiene su futuro en Can Barça, con Coutinho también se reducen las opciones de Deulofeu —al que con la recuperación de Dembélé y la irrupción de Arnaiz tiene cada vez menos confianza de Ernesto Valverde—, de Rafinha o incluso de André Gomes, si bien el portugués sí está jugando a menudo, su cartel en el mercado de fichajes es muy bueno y si hubiese una buena oferta, podría también abandonar la disciplina culé.

No podrá jugar la Champions

Había leído en uno de la marabunta de tuits que se han publicado a raíz de su fichaje, que cuando el Barça ficha del Liverpool, los culés acaban ganando la Champions. Sucedió con Mascherano y posteriormente con Luis Suárez. Con Coutinho está por ver, pero lo cierto es que el hecho de haber jugado ya la máxima competición continental con el Liverpool hace que no pueda disputar el título con el conjunto barcelonista.

Así, sus apariciones se reducen a partidos ligueros y de Copa del Rey. Coutinho llega además a un Barça que ha superado el trauma que supuso la marcha de Neymar y que transita feliz tanto en el campeonato doméstico como en Europa y el torneo del KO. Philippe tendrá seis meses por delante para aclimatarse, adaptarse y participar de un equipo al que también se ha unido hace unos días un Dembélé que se lesionó en septiembre. Ambos, que debían haber estado hace cuatro meses, llegan en enero.

Alternativa a Iniesta… o a quién sea

Coutinho es un jugadorazo. Ya sabe lo que es jugar en España porque en la 2011/2012 el Inter de Milán lo cedió al Espanyol. Ahí dejó muestras de su nivel tras no gozar de oportunidades en la Serie A. Luego, en Anfield, de menos a más, ha convertido un teórico mediapunta en un futbolista que tan bien se puede adaptar al clásico 4-3-3 con el que jugaba el Barcelona el año pasado, como al 4-4-2 con el que Valverde, sin Dembélé, ha jugado lo que llevamos de esta.

Sus números en la Premier League hablan por sí solos. El curso pasado: 31 apariciones, 13 goles y 7 asistencias. Este: 14 partidos, 7 goles y 6 asistencias. El brasileño se desenvuelve perfectamente a partir de tres cuartos de campo. Puede ser el gran recambio que precisaba Iniesta y sus 33 primaveras, a las que por cierto, la presencia en la plantilla de Cou oxigenará. Falta únicamente que se calce las botas, se olvide de lo que ha costado y obsequie al respetable con lo mejor que saber hacer: jugar a fútbol.

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Fernando Castellanos

Periodismo deportivo. En NdF desde 2006. Hacer todo lo que puedas es lo mínimo que puedes hacer. [ Twitter]