No es un talento emergente como Götze ni una estrella de la Bundesliga como Marco Reus, tampoco mete los goles de Lewandowski ni es un Kaiser como Hummels, pero Sebastian Kehl dista mucho de ser un jugador más en el Borussia Dortmund, y no sólo por su capitanía, sino por ser el futbolista más antiguo de la plantilla y el único superviviente de aquel Borussia Dortmund campeón de Alemania en 2002, el último antes de la brillante etapa que viven en la actualidad. El de ayer ha sido un día especial para Kehl: a sus 33 años se ha confirmado su renovación por una temporada más.
Y es que aquel no era un Dortmund cualquiera: representaba los últimos coletazos del equipo que sorprendió a todos proclamándose campeón de Europa en 1997 ante la Juventus de Zidane. Aquellos eran otros tiempos, no existían los medios que hay ahora y apenas conocías a los equipos europeos por los partidos que daba TVE y poco más, pero sabías que los de Dortmund estaban de moda porque no era extraño ver alguna camiseta amarilla fosforito por las calles. Era el Borussia de Möller, Sammer, Klos, Chapuisat…
Para conocer entonces a las nuevas estrellas del fútbol internacional me enteraba generalmente por la ya cerrada revista Don Balón, y ya que difícilmente podrías ver sus partidos, tenías que creer lo que te decían. Era el año 2001 y se hablaba de un joven defensa de 21 años del Friburgo por el que estaban pujando Bayern y Borussia Dortmund, los dos grandes de la Bundesliga. Algo tendría el chaval. Jugaba de líbero, un puesto que en su país habían desempeñado Beckenbauer, Sammer o Matthäus ganando todos ellos el Balón de Oro. De la riña salió ganando el club de Westfalia no sin polémica, ya que Sebastian tenía cerrado su pase al Bayern, que ya había anticipado dinero por su traspaso.
En el Westfalenstadion, Kehl se encontró con campeones de Europa como Kohler, Reuter, Ricken, Heinrich o Herrlich, los supervivientes del éxito de 1997. En aquel Borussia estaban además consagrados futbolistas alemanes como Lehmann, Wörns o Bobic, o un jovencísimo Metzelder. También formaban aquella plantilla jugadores como el centrocampista nigeriano Oliseh, el gigante checo Koller o un emergente Rosicky, además de futbolistas que en un futuro jugarían en España como el brasileño Ewerthon o el extremo Odonkor, de tan sólo 18 años. Aquel fue el último Borussia Dortmund campeón de Alemania en casi una década, además de finalista de la Copa de la UEFA donde sucumbió ante el Feyenoord de Van Hooijdonk, Tomasson y Van Persie. En aquel 2002, Kehl estaría presente además en el Mundial de Corea y Japón, donde Alemania fue subcampeona. Se le presentaba un brillante porvenir, pero las cosas no fueron fáciles para Sebastian.
Al año siguiente llegó Weidenfeller, aún hoy en el equipo y que se hizo con la portería tras el traspaso un año después de Lehmann al Arsenal. Tras aquel 2002, el conjunto alemán comenzó un ciclo de decadencia debido a los problemas económicos. Kehl, a pesar de ser criticado en ocasiones puntuales, siguió mostrando un buen nivel y vio cómo la evolución en su juego lo llevó al centro del campo, de donde ya no se movió. En 2004 disputó además la Eurocopa de Portugal. Su peor momento llegó en la temporada 05-06, en la que Alemania organizaría el Mundial. Una grave lesión a principio de temporada ante el Bayern dio paso a una serie de lesiones que lastraron sus apariciones en el equipo durante las siguientes temporadas, y que llegaron a plantearle incluso la retirada.
En 2008 llegó a Dortmund un tal Jürgen Klopp, que decidió otorgarle la capitanía a Sebastian. En aquellos años, el centrocampista alemán había tenido como compañeros a jugadores como Flavio Conceiçao, cedido por el Madrid tras su discreto paso por Chamartín, al hoy valencianista Nelson Valdez, al polaco Smolarek, de gran rendimiento en Dortmund y no tan grato recuerdo en Santander, o al sudafricano Pienaar, después traspasado a la Premier. Además vio cómo daban sus primeros pasos en el club unos jovencísimos Hummels, Subotic, Sahin, Blaszczykowski…
Klopp estaba formando con estos últimos, entre otros, el equipo que volvería a ser campeón de Alemania en 2011, nueve años después de aquel título en la primera campaña de Kehl en Dortmund. También continuaban de 2002 Kringe y el brasileño Dedé, que hoy ya no están en el club. De esta manera, y teniendo en cuenta que Weidenfeller llegó un año después, Kehl es el único que actualmente permanece. No obstante, Sebastian no tuvo mucha incidencia en el título de 2011 debido al doble pivote formado por Sahin y Bender. Al año siguiente, con la venta de Sahin al Madrid, Kehl se hizo con el puesto a pesar del fichaje de Gündogan, y el Borussia Dortmund repitió título liguero además de ganar la Copa.
Este año sigue siendo importante en el equipo alternando el doble pivote con Bender como acompañante de Gündogan, siendo titular en casi todos los partidos de una Liga de Campeones en la que el equipo se ha plantado en semifinales. Doce años después de su llegada a Dortmund, tras haber conocido los títulos, la decadencia del club, su regeneración, las lesiones, un sinfín de compañeros… Sebastian Kehl sigue en el césped del Westfalenstadion, hoy Signal Iduna Park por aquello del patrocinio. Seguirá al menos un año más: quién sabe lo que le deparará, pero raramente no lo habrá visto ya.