La mejor decisión de Josep Maria Bartomeu se hizo efectiva este miércoles, cuando en medio de una «tensión desproporcionada» decidió adelantar las elecciones, que se llevarán a cabo a final de temporada. Una decisión tomada el mismo día que se anunció y que seguramente debió tomar cuando Sandro Rosell abandonó por la puerta de atrás el Barcelona salpicado por el ‘caso Neymar’, hace justamente un año. Tras echar a Andoni Zubizarreta, en medio de la sanción de la FIFA y con el pique entre Messi y Luis Enrique para rizar el rizo, el máximo dirigente blaugrana decidió que los comicios son la mejor solución para recuperar la estabilidad. Y en esta ocasión, acierta.
En la rueda de prensa de Bartomeu, en la que lo primero que hizo fue anunciar las elecciones, se le pudo preguntar sobre todo. Sin plasma de por medio, los periodistas presentes pudieron poner en duda todas las incógnitas que rodean al club, a lo que respondió en algunos casos echando balones fuera. De Zubi se limitó a decir que su cese se debe a una simple «pérdida de confianza» y reiteró que Andoni nada tuvo que ver en las decisiones tomadas en su día y que acarrearon la sanción de la FIFA. De su sustituto dijo que será alguien que conozca la casa. Aunque en algunas cuestiones sí se mostraba sincero, queriendo descartar, por ejemplo, que el próximo director deportivo no será de ‘fuera’ del club o desmintiendo categóricamente que el entrenador quisiera abrirle un expediente disciplinario a Messi alegando que es una información «que sólo quiere hacer daño al Barça», en otras, sin embargo no quiso entrar en detalle; como cuando dijo «dejar a los medios de comunicación» la evaluación tras el despido de Zubi. Según ‘Barto’, «entrar a desgranar estas cosas —el despido del exdirector deportivo— no tiene sentido hablarlo ahora». Si no tiene sentido hacerlo ahora, ¿cuándo? Y si deja a los medios evaluar el trabajo de Zubi, ¿por qué luego se queja de algunas informaciones?
Messi vs Luis Enrique
Además, es más fácil que se marche el asturiano que el mediapunta. Con elecciones de por medio, y con la posibilidad más que real que Bartomeu no las gane, el futuro presidente es más que probable que se traiga un nuevo entrenador, algo que sí permite la sanción de la FIFA. Traspasar a Leo, independientemente de sus deseos, es más complicado porque la opción de encontrarle un sustituto a corto plazo es imposible debido a la sanción. Sin embargo, lo idóneo sería que entre ambos limaran las asperezas que les separan y centrasen sus esfuerzos por terminar una temporada en la que futbolísticamente se opta a todo y que se puede ir al traste por una absurda lucha de egos. Después ya será momento de hablar de candidatos pero ahora basta con aplaudir la mejor decisión de Bartomeu.
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