Especulaba L’Equipe, horas previas al segundo partido de Francia en esta Eurocopa, la posibilidad de que Didier Deschamps dejar en el banquillo ante Albania a posiblemente los jugadores con más talento, natural y mediático, de la selección bleu. La ajustada victoria ante Rumanía no convenció del todo al seleccionador francés, que optó ante el combinado balcánico por modificar su once, siendo Paul Pogba y Antoine Griezmann los damnificados y corroborando así las informaciones de la prensa gala. Los experimentos, dicen, que con gaseosa. No en plena Eurocopa, siendo tú el anfitrión y favorito y con todos los focos apuntándote por si no sale bien. Y no, la entrada de Coman y Martial no corrigieron los defectos mostrados en el estreno y Francia fue igual de ramplona que el pasado viernes.
La primera parte dejó mucho que desear para una selección que aspira al título. Albania, con coraje y amor propio, es una selección a la que Gianni De Biasi le ha conseguido imprimir carácter ganador y, sobre todo, nada victimista. Lo demostró en la fase de clasificación, en la que venció a Portugal y empató en Dinamarca, además de sufrir y de qué manera en su visita a Serbia, donde le esperaba un ambiente infernal, y de asegurarse su billete a esta fase final por primera vez en su historia después de ganar a Armenia e un partido a vida o muerte que llegó tras dos inesperadas derrotas consecutivas. Sin su capitán y líder en la zaga, Lorik Cana, los albanos demostraron ayer personalidad de sobra para mermar la paciencia adversaria. Aguantaron el empate a cero 90 minutos pero no les bastó para sumar un punto.
El responsable de que el triunfo terminara en el bando local fue Griezmann. Cuando en el Velodrome se mascaba la tragedia y Deschamps no optaba por arriesgar (quitó a Coman por Antoine cuando el del Bayern más percutía por la banda) y puso a Gignac por Giroud (atacantes por atacantes, y que sea lo que Dios quiera), en el arreón final un centro desde el costado derecho de Rami lo remató perfectamente con la testa el crack colchonero para desborde de alegría local y suspiro interior de su seleccionador, que posiblemente se replantee su idea de dejar en el banco a sus dos figuras ante Suiza en la última jornada. Albania no pudo ejercer su condición de esbaratabailes y terminó recibiendo la puntilla de pies de Payet, que ayer no brilló tanto como ante los rumanos pero marcó su segundo gol consecutivo.