Apenas estamos a mediados de septiembre y ya hemos tenido cuatro jornadas de liga y un parón de selecciones con sus quejas correspondientes. No soy de los que claman al cielo por las jornadas de selecciones, pero ese primer parón, justo cuando ha empezado la liga, parece que está hecho a conciencia. Ellos verán. Pero faltaba el plato fuerte, las noches de duelos europeos. Porque no empieza del todo la temporada hasta que suena el himno de la Liga de Campeones, como no empieza el Mundial hasta que debuta Corea del Sur: ya estamos todos. Y también están, claro, Real Madrid, Barcelona y Juventus, mal que le pese a Ceferin, al que le gustaría ponerle una alfombra roja al PSG. Le doy una idea: una Liga de Campeones en la que el ganador se enfrente en la final al equipo parisino. Pero de momento tenemos el formato de siempre, pero no es esta una Champions más: no puede serlo cuando Cristiano Ronaldo y Messi han cambiado de equipo, uno de los mayores alicientes que tiene esta nueva edición del torneo continental.

Y es que el PSG es uno de los claros favoritos al triunfo final, los galácticos de este tiempo, pero ya avisó Ronaldo de que eso no es garantía de nada: él lo vivió en primera persona. Porque es este un torneo caprichoso e incluso los más grandes se pueden retirar sin haber levantado la Orejona. Y eso que Ronaldo jugó en el equipo más laureado del torneo, el que más veces lo ha conseguido ahora y entonces. ¿Qué esperar del Madrid de Ancelotti? El técnico italiano es otro valor seguro en Europa, pero no llegó ese necesario refuerzo para la zona ofensiva. Y sin embargo, ha empezado la liga como un vendaval goleador y los problemas parecen estar en la otra área: 13 goles a favor y 6 en contra. Pero Europa es otra historia, y para alcanzar lugares de honor se necesitará que Vinicius mantenga esa estrella con la que ha empezado la temporada, que Hazard y Bale ofrezcan su mejor versión posible y que Benzema sea Benzema. Y atrás, que Nacho y Militao formen el dúo que no hizo echar de menos la temporada pasada a Ramos y Varane (casi nada) con la ayuda de un Alaba que ha caído de pie en el club blanco.

Y si Messi fichó por el PSG, Cristiano lo hizo por el United. Los Diablos Rojos parecen, después de muchos años, candidatos serios por fin a hacer grandes cosas. Si ya tenían un buen bloque (Bruno Fernandes, Pogba, Maguire, Rashford, Cavani…) con el que alcanzaron la final de la Europa League y el segundo puesto en la competitiva Premier League, los refuerzos de Jadon Sancho, Varane y, sobre todo, el jugador más determinante del torneo en la última década, hacen que los de Solskjaer puedan plantarle cara a cualquiera.

La cruz es para la Juventus: los cien goles de Cristiano en los últimos tres años se echaran en falta, y el comienzo de los de Allegri en Italia no invita al optimismo. La Vecchia Signora ha dominado la Serie A en la última década, pero le faltó la guinda europea a un equipo que alcanzó dos finales y contó con jugadores de la talla de Pirlo, Bonucci, Chiellini, Buffon, Marchisio, Tévez o el astro portugués. Se ha reforzado bien con Locatelli, que hacía falta para su maltrecho centro del campo, y las esperanzas están en el diablesco Chiesa, en la clase de Dybala o Kulusevski y en que Morata y Kean repitan el buen papel que tuvieron en la última Champions.

Sobrevivir a Messi

Porque sobrevivir a la marcha de un grande no es tarea sencilla, y en esas está el Barcelona: el club azulgrana parece estar en un periodo de entreguerras en el que ha de sobrevivir a la marcha del mejor jugador de su historia y a los problemas económicos que dejó la junta anterior. Para ello han tenido que apretarse el cinturón y tomar medidas de cara al futuro. ¿Y el presente? Buena parte estará en manos de un Memphis Depay que ha empezado de forma fulgurante, de que Ansu Fati regrese de la misma forma en que se fue, que Dembélé despierte o que De Jong y Pedri mantengan su progresión. Buen XI y plantilla corta a la que Koeman tendrá que sacar el máximo.

Y para plantilla larga, la del Atlético de Simeone: la mejor que se le recuerda al club colchonero. Al equipo campeón de liga se le cae Saúl pero suman a De Paul y Griezmann, dos fichajes de postín que multiplican las opciones del técnico argentino, además de Cunha, promesa brasileña y medalla de oro olímpica. Luis Suárez tendrá que equiparar registros goleadores en Europa a los que tiene en LaLiga y Joao Félix comenzar a explotar para ayudar a que el Atlético sea firme candidato al título.

No tendrá un grupo sencillo: ahí está el Liverpool de Klopp, que no puede seguir el ritmo de gasto de los otros grandes de Inglaterra y que volverá a fiarlo todo a Salah, Mané y Firmino además de un Van Dijk de vuelta tras su grave lesión. Y junto a ellos estará de nuevo, por fin, un antiguo rey de Europa: el Milan vuelve a la Champions y lo hace capitaneado por Ibrahimovic y un grupo joven y solvente que ha vuelto a situar al equipo rossonero en un lugar de honor en Italia. Pioli dio con la tecla, y aunque se han marchado dos puntales como Donnarumma y Calhanoglu, han empezado con pleno de victorias en la Serie A.

Lukaku, la pieza que faltaba

Y no podemos olvidarnos, claro, del último ganador y finalista: el Chelsea de Tuchel ha añadido con Lukaku la pieza que le faltaba al perfecto engranaje que levantó el título, mientras que el City de Guardiola ha sumado a Grealish a su lista de jugones. Sigue faltando un goleador que, parece, a punto estuvo de ser Cristiano, pero estará de nuevo entre los favoritos.

Esta será, además, una Liga de Campeones con amplia representación española: el Sevilla ha vuelto a fichar bien como de costumbre además de seguir contando con Koundé. Lopetegui tiene opciones para todas sus líneas, especialmente un ataque que añade a Lamela y Rafa Mir a los En-Nesyri, Suso, Papu Gomez, Ocampos… Por su parte, el Villarreal llega con el cartel de campeón de la Europa League y con Gerard Moreno como estandarte. El Submarino, al que el Chelsea solo pudo derrotar en los penaltis en la Supercopa, dará guerra.

Varios candidatos, posibles outsiders y baile de nombres tras un mercado agitado son los alicientes de esta nueva edición de la Liga de Campeones que parece más abierta que nunca.

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Gabriel Caballero

Periodista
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