A partir de la temporada 2015/2016 el campeón de la UEFA Europa League disputará la siguiente temporada la UEFA Champions League. Una interesante medida dado el poco interés que despierta a muchas entidades el concurso en la segunda competición continental de clubes y que avivará en cierta manera el interés mostrado hasta ahora por ese sector de equipos para los que la Europa League no alcanza a ser un consuelo. En mi opinión se trata de una decisión tomada un poco tarde, pero no quita que sirva para añadir alicientes y privilegio a un título muy bien visto por los modestos, o equipos menos punteros, pero no por los colosos, que prefieren acabar la temporada entre los primeros, cosa que les da acceso a disputar la siguiente Champions, que pelear por una Europa League que reporta económicamente menos que el simple hecho de participar en el torneo de clubes europeo por excelencia. Ahora ya no hay excusa. Recordemos que hasta ahora ‘no’ había premio por alzarse campeón.
Esta forma de revitalizar un campeonato a veces ninguneado —el objetivo, por ejemplo en España o Inglaterra es acabar entre los cuatro primeros— me lleva a pensar que en España ya va siendo hora de que el torneo decano por excelencia, la Copa del Rey, también sume alicientes. Aquí sí que se notaría más. Probablemente se acabaría la participación de los filiales en muchas alineaciones, la no convocatoria de los cracks, las rotaciones que claramente perjudican el interés copero para beneficiar otras competiciones que sí reportan beneficios, tanto económicos como deportivos. Sería muy interesante que la cuarta plaza que da hoy acceso a la fase previa de la Champions terminara asignándose al campeón de Copa. La batalla por el trono estaría reñidísima y nos daría la oportunidad, tal vez, de ver dejarse la piel a conjuntos con más presupuesto por el hecho de jugar la siguiente Liga de Campeones, una liga que en muchas ocasiones cuanta con más cartel que verdaderos campeones.
Vía | SportYou
