La victoria del Atlético de Madrid de la pasada noche en el Santiago Bernabéu (0-1) nos deja dos situaciones claramente diferenciadas. Por un lado, los del Cholo Simeone certifican definitivamente que ya no son una alternativa a Madrid y Barça, sino un candidato real a pelear por todo. Por otra parte, el plan de Ancelotti nos deja unas dudas sumamente peligrosas.
Es la segunda victoria consecutiva del conjunto colchonero en el feudo de su eterno rival. Todos recordamos la anterior, en la final de Copa para terminar con una trágica racha de 13 años sin vencer un derbi. Aquella derrota fue dolorosa y confirmaba una temporada aciaga para el Madrid de Mourinho. Sin embargo, aún perdiendo un título, no fue tan preocupante como lo que ayer vimos.
En la final de Copa se perdió, pero vimos a un equipo con un plan, practicando su fútbol y creando ocasiones de sobra para haberse llevado la victoria. Anoche, sin embargo, vimos una de los partidos más preocupantes del Madrid en los últimos años. Porque no se trató solo de la derrota, sino de la completa impotencia para hacer daño a su rival. El Atlético se llevó los tres puntos encontrándose totalmente cómodo durante los 90 minutos.
El Atlético comenzó a ganar desde la alineación
Las inseguridades de Ancelotti y dudas para con su plan, se evidenciaron desde que se hizo oficial el once. La ausencia de Luka Modric era tan extraña como inexplicable. El croata estaba siendo uno de los futbolistas clave en este inicio de temporada en el que Carletto ha pretendido dominar el juego desde el toque. Sin embargo, ante la visita del Atlético, temió por la fragilidad de su equipo y cambió radicalmente la hoja de ruta.
Con Khedira e Illarramendi de pivotes, pero ejerciendo prácticamente de interiores, el Real Madrid abusó de su intento de iniciar jugadas por banda. Isco escorado a la banda izquierda, apoyado por Coentrao y Cristiano. Di María en la banda derecha, buscando siempre la salida hacia dentro para buscar el pase al otro extremo, mientras Khedira y Arbeloa se veían incapaces de combinar tres pases.
Ancelotti buscaba salir por banda para evitar pérdidas peligrosas en el inicio de jugada por el centro, donde la presión de los puntas colchoneros crea angustia. Pero los pupilos del Cholo creaban una jaula allá donde fuera el balón. Arda y Juanfran por la derecha, Koke y Filipe por la izquierda, siempre apoyados por Tiago y Gabi. Todos los jugadores rojiblancos generosos en el esfuerzo y con una riqueza táctica envidiable. Imposible para el Madrid, que no encontraba huecos ante tal superpoblación. Sin plan B, solo quedaban los pelotazos largos. Fácil para los centrales y Courtois.
Diego Costa estelar
Ancelotti no quería pérdidas en la salida por el centro, pero precisamente de esta forma llegó el único gol del partido. Di María ve una oportunidad de contragolpe, así que en lugar de deshacerse del cuero intenta recortar al rival para lanzarse en carrera. Pero Koke, que sigue dejándonos más impresionados si cabe a cada partido, roba el balón para que Filipe deje a Diego Costa mano a mano con Diego López. Definición impecable. Guión a pedir de boca para el Atlético.
El Atlético podía defender muy atrás y con muchos hombres, porque el nivel actual de Diego Costa es tan colosal, que se basta para volver loca a toda la defensa del Madrid por sí mismo. Pero no solo les superó por brega e intensidad, sino por rapidez, calidad e inteligencia. No es que los hombres de la zaga merengue hicieran un mal partido, sino que Diego Costa, a pesar de no gozar del caché de otras estrellas, demostró que es un jugador top, capaz de desequilibrar la balanza en cualquier escenario.
Leve mejora con Modric, Bale, y sobre todo Morata
Al descanso, Ancelotti dio entrada a los dos ex jugadores del Tottenham. Cambios necesarios y que hicieron mejorar al Madrid, pero de forma muy leve. Los locales habían jugado tan mal, que el empuje de Bale y la movilidad de Modric les dieron algo más de presencia en el campo rival.
Pero el trabajo del Atlético seguía siendo fácil. Solo tenía que tapar las bandas para cerrar el camino a Cristiano y Gareth, que buscaban irse por dentro en busca de un posible disparo. Esa era la base del juego madridista, además de los centros al área que de poco sirvieron. Al menos hasta que entró Morata, que a pesar de lo poco que jugó se convirtió en lo más destacado de su equipo gracias a un par de ocasiones claras y sacrificio en defensa.
No obstante, su entrada levantó la primera gran pitada para el técnico italiano, por retirar del campo a Isco. En la segunda parte el ex del Málaga había pasado a la mediapunta, pero ni era su mejor día, ni sus compañeros eran capaces de encontrarlo. Luego, la entrada de Morata fijo a los centrales y el Madrid consigió desplegar un juego algo más oxigenado.
Conclusiones
El Atlético es un equipo hecho, y sin embargo aún desprende la sensación de tener un gran margen de mejora. Su autoritaria victoria en el Bernabéu, su gran imagen ante el Barça en la Supercopa, y su marcha imperial en Liga nos obliga a reconocerlo definitivamente como un equipo candidato a luchar por cualquier título.
Mientras que el Madrid deja una cantidad de dudas y preocupaciones muy considerables, que hacen que miremos al horizonte de la temporada con un gran interrogante. Da la sensación de que ni siquiera Ancelotti tiene claro qué quiere hacer con su equipo. Llegó prometiendo un fútbol de toque espectacular, pero las características de sus jugadores piden vértigo, un juego más frenético. Mientras se decide con qué estilo instaura, el Madrid se ve ya a cinco puntos de sus dos grandes enemigos por el título. Y lo que es peor, con visos a que podría seguir aumentando. El conjunto blanco, hasta el momento, sufre para sacar sus partidos adelante. Mientras tanto, Atlético y Barça despiertan menos y más dudas, pero caminan con paso firme en la cosecha de puntos.
