Hace un mes

real sociedad barcelona

Hace cosa de un mes, el Barcelona perdía en Anoeta y, a la vez que San Sebastián rendía honores a David Moyes y los memes fluían a través de la red con el técnico británico, el Barcelona daba el pistoletazo de salida a un estado de alarma que se cobró la cabeza de Andoni Zubizarreta, Bartomeu hubo de convocar elecciones (eso que ganaron), Luis Enrique, apenas con unos meses en el cargo, no era considerado apto para el banquillo blaugrana y Messi era noticia más por sus diferencias con el asturiano que por lo que hacía en el césped. Por su parte, el Madrid venía de un récord de victorias consecutivas, el título del Mundial de Clubes y el inminente Balón de Oro para Cristiano. Todo parecía ir como la seda por Chamartín, mientras que por el Camp Nou reinaba el caos mediático y, sin embargo, sólo un punto les separaba en la tabla clasificatoria, con ese partido de más para el conjunto blanco que se disputó la pasada semana ante el Sevilla. Un mes más tarde, con el Madrid todavía por encima del Barcelona (ya sin ese partido de más), el descontento ha cogido el puente aéreo y se ha instalado en las oficinas del Bernabéu mientras que el Barcelona se encuentra inmerso en el mejor momento de la temporada.

Está claro que el Real Madrid han cogido un bache. El equipo no está fresco, las bajas se acumulan, Cristiano no está en su mejor forma, Bale está en el punto de mira, las no rotaciones parecen no cobrar sentido sin esa costumbre de ganar a la que se refería Ancelotti… todo ello explotó el pasado sábado tras la aparatosa derrota ante el Atlético en el Calderón, con el ya célebre cumpleaños como guinda del pastel. Antes del derbi madrileño sólo se hablaba de Nacho y de Varane, después del partido se habla de todo menos de ellos.

Por su parte, el Barcelona no ha hecho sino crecer desde aquella derrota ya lejana ante la Real Sociedad. Lo ha hecho en liga y también en copa, con la incontestable victoria sobre el Atlético. El sistema de Luis Enrique toma forma, el contragolpe comienza a ser un recurso estimable para el equipo, el tridente funciona, Luis Suárez se adapta, Neymar se consolida y Messi… vuelve a ser Messi. El 2-5 en San Mamés refrenda las buenas sensaciones y ya nadie se acuerda de Bartomeu ni Zubizarreta: la pelota entra.

Y en medio se encuentra el Atlético, que no puede con el Barcelona pero le tiene tomada la medida al Madrid. Se fueron Courtois, Filipe y Diego Costa, pero también Villa, Adrián, Alderweireld, Aranzubia, Manquillo, Insúa, Cebolla Rodríguez, Sosa, Diego Ribas… media plantilla y otra media nueva, pero el milagro sigue siendo el mismo, que ya no es tan milagro. Las piezas cambian pero el tablero permanece y Simeone continúa jugándolas con destreza. Hasta ha conseguido que Torres vuelva a ser considerado, y qué decir de un Griezmann que no para de crecer. Cayó justamente en la Copa, pero la sensación de que el club rojiblanco está instalado en la élite sigue intacta, más aún tras el recital del pasado sábado.

Así están las cosas ahora y así estaban hace un mes, quién sabe cómo estarán dentro de 30 días. Gustamos de utilizar términos absolutos, pero nos olvidamos de que raro es el equipo que no coge un bache a lo largo de una temporada o que los equipos necesitan su tiempo de adaptación ante los cambios de entrenador. La cuestión es que los tantos suban al marcador, y todo gira sobre esa circunstancia.

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Gabriel Caballero

Periodista
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