Ni a Portugal ni a Cristiano Ronaldo les están saliendo las cosas en el Mundial de Brasil 2014. Paliza en el debut ante Alemania que además les dejó sin Pepe ni Coentrao, y anoche cosecharon un pobre 2-2 ante Estados Unidos, que les deja con pie y medio fuera de los octavos de final. De hecho, fue el propio Cristiano Ronaldo el que evitó la catástrofe con un centro medido en la última jugada del partido, que Varela remató a la red de forma inapelable. Pero a pesar de esto, el crack del Real Madrid no está rindiendo a la altura de las expectativas.
Creo sinceramente que buena parte de culpa la tiene su estado físico. Esa tendinitis rotuliana de la que llevamos meses hablando está haciendo mella en su rendimiento. No sé hasta qué punto, pero en este Mundial se está viendo cuánto le limita. Esa explosividad que le caracteriza no está haciendo acto de presencia, y sin ella Cristiano no está sabiendo dirigir a su equipo hacia el éxito.
Seamos serios. Portugal es una selección muy limitada, cuyas exigencias vienen marcadas por contar con Cristiano Ronaldo. Pero ni el mejor futbolista del mundo podría conducir a esta plantilla hacia el éxito. Él puede bastarse para meter a su país en un Mundial, pero una vez en él se necesita algo más. Y las limitaciones del conjunto luso se manifiestan sobremanera ante rivales más débiles. Aquellos en los que el conjunto ibérico está obligado a llevar la iniciativa, en los que no puede plantear el encuentro desde la inferioridad.
Porque no se puede negar que Portugal es un equipo peligroso en los cruces, como ha demostrado en campeonatos anteriores. Pero para ello necesitan tener a un Cristiano al 100% y otros dos o tres jugadores que aumenten su competitividad. Me refiero a Pepe, cuyo liderazgo en la zaga es imprescindible y cuya ausencia se acentúa si el que le sustituye es Bruno Alves. Me refiero a Moutinho, que tras una gran actuación en la Eurocopa 2012, no está firmando un buen papel en Brasil. Me refiero a Coentrao, que siempre es una garantía en la banda izquierda, y al que ayer su equipo echó notablemente de menos.
Paulo Bento tuvo que apostar por un mediocentro como Almeida en el lateral izquierdo. El jugador estaba fuera de su hábitat natural, y además no contaba con la ayuda de Cristiano en el cierre. Fabian Johnson, el lateral derecho estadounidense, atisbó ese punto débil en su rival y no dudó en hacer sangre de él durante los 90 minutos. Incluso en la segunda parte, cuando Paulo Bento dio algo más de consistencia a su equipo dando entrada a William Carvalho y pasando a Veloso al lateral. Tampoco este se encontró cómodo ante su nuevo rol.
Portugal se asentó mejor sobre el terreno de juego e incluso podría decirse que arrebató el balón a los Estados Unidos, pero su juego era prácticamente estéril. La circulación de balón era tan lenta y llegaba tan tarde a banda, que era imposible sorprender a su rival, tremendamente generoso en las ayudas. Porque USA, que tiene buenos jugadores, está necesitado de un par de futbolistas de primer nivel para dar el salto definitivo como selección, pero lo que no se puede negar es que los de Jürgen Klinsmann son un equipo muy trabajado, con un orden táctico ejemplar y con futbolistas como Bradley y Dempsey que saben leer los partidos a las mil maravillas.
Como decíamos, Portugal aún tiene opciones, aunque mínimas. Cristiano y sus compañeros necesitan que Alemania gane a los Estados Unidos -a ambos les basta con empatar para estar en octavos- y golear a Ghana en la última jornada. Opciones muy remotas, pero opciones al fin y al cabo.
