El derby de Manchester se presentaba bastante descafeinado por la enorme distancia que separaba a ambos equipos: el United llegó a esta 31ª jornada con quince puntos sobre el City. Así las cosas, los red devils sólo se jugaban acelerar un alirón que ya es suyo desde hace mucho tiempo (una victoria suya anoche les habría dejado a sólo cuatro puntos de recuperar el cetro inglés), mientras que los citizens sólo podían luchar por limpiar un poco su lamentable temporada.
Los de sir Alex Ferguson salieron con todo, incluyendo el tridente ofensivo compuesto por Young, Rooney y Van Persie, quien lleva sin ver puerta desde Febrero. Del otro lado, Roberto Mancini decidió no sacar de inicio a un mermado Agüero que, al final, le daría al City su segunda victoria consecutiva en Old Trafford. Ferguson, previendo que el City se vería obligado a llevar las riendas del partido, dispuso al United para ceder el control de la pelota y jugar a la contra, una decisión que muchos defenderán como lógica, para mí una muestra más de la racanería que tanto daño le hace al fútbol como espectáculo.
Tras un primer tiempo en que la mejor ocasión fue un tímido remate de Rafael al palo, Milner abrió el marcador con un disparo desde fuera del área en el minuto 50. Un ridículo taconazo impropio de Giggs permitió a los sky blues tirar un contragolpe que acabó en los pies de Milner tras dejada de Nasri que entró en la meta defendida por De Gea tras tocar en Jones. El gol en contra espoleó un poco (sólo un poco) al United, que encontró la igualada apenas ocho minutos después. Un saque de falta con mucho veneno de Van Persie acabó en gol después de que Jones rematase desviado pero se viera favorecido por el rebote en la espalda de Kompany.
El United volvió a retrasar su posición y recuperó su mezquino planteamiento inicial. Mancini le dio entrada a Agüero a veinte minutos del final y el argentino demostró que, aun fuera de forma, es de largo el mejor delantero de ese equipo. Ocho minutos tardó el Kun en marcar las diferencias. Recibió en la frontal un pase de Touré Yaya y se marcó una feroz diagonal que nadie pudo frenar y que finalizó con un potente disparo alto, ante el que nada pudo hacer De Gea, fusilado.
El 1-2 final apenas maquilla la estrepitosa temporada del Manchester City, un club que necesita ponerse en manos de un buen técnico si quiere ver su desorbitada inversión económica reflejada en el campo. Por su parte, el Machester United sufre una nueva derrota en casa ante sus vecinos aunque, si quiere consolarse con tonterías, al menos se quedó lejos de llevarse un set como el curso pasado. A pesar de perder el derby, sigue manteniendo una ventaja que hace tiempo que le garantiza el título liguero: está 12 puntos por encima del City cuando apenas quedan 21 por disputarse. La Premier ya tiene dueño y las dos únicas incertidumbres que le quedan es resolver quién se clasificará para la Champions (Arsenal, 5º con 56 puntos, y Everton, 6º con 52, aspiran a dar caza al Tottenham, 4º con 58) y quién descenderá (al 10º, el Fulham, le separan 8 puntos del 17º, el Wigan).
