“A entrenador nuevo, victoria segura” se suele decir aunque no siempre se cumpla, pero Mourinho ha querido hacer honor a ello. Nuevos aires y un intento de empezar de nuevo es lo que suele traer el cambio de técnico con la temporada iniciada, aunque en el caso del Tottenham no era un cambio sin más: dejaba su banquillo un Pochettino que ha dejado al club entre los grandes de la Premier y con una final de Liga de Campeones a sus espaldas, pero con un comienzo de temporada muy lejos de lo esperado. Levy, presidente del club y rocoso cual central de la Premier de los noventa, quiso dar un giro al timón contratando a Mourinho, que no ha podido empezar mejor con una victoria en el campo del West Ham.
Era un duelo entre dos equipos inmersos en una mala racha, con un solo punto de diferencia y mirando de cerca al abismo de los puestos de descenso, y han sido los Spurs quienes han dado un paso adelante dejando tocado a Pellegrini, técnico de los Hammers. Sin ser una revolución, sí que se vieron detalles significativos en el primer XI de Mourinho: un 4-2-3-1 en el que Eric Dier, a quien quiso en su etapa en el United, volvió al centro del campo junto a Winks. Lucas Moura fue de la partida en la banda derecha, con lo que el brasileño y Son daban alas al equipo desde las bandas con Dele Alli como enganche detrás del indiscutible Harry Kane. Por su parte, Eriksen, Sissoko y Lo Celso tenían que esperar su oportunidad en el banquillo.
La jugada le salió bien al de Setúbal, que vio cómo su equipo dominaba en un buen primer tiempo. Heung-min Son fue protagonista al marcar el primer gol y dar la asistencia en el segundo, obra de Lucas Moura. El coreano a lo suyo, independientemente del inquilino del banquillo. Al comienzo del segundo tiempo, Harry Kane marcaba el tercero y daba al partido la sensación de camino plácido para los Spurs, pero el final sería más agitado.
Pellegrini había movido ficha en el descanso dando entrada a Michail Antonio, que fue un dolor de muelas para la defensa del Tottenham. Suyo fue el gol en el minuto 73 que recortaba distancias para un West Ham en el que Declan Rice hacía honor a su potencial con un buen partido desde el centro del campo. En la recta final, los Hammers se volcaron sobre la portería de Gazzaniga (titular por la lesión de Lloris) encerrando al Tottenham en su campo. Un gol de Rice fue anulado correctamente por fuera de juego, pero sí subió el de Ogbonna en el descuento, aunque la reacción había llegado tarde y el 2-3 se erigió como resultado final.
No era un mal lugar para empezar con buen pie el campo del West Ham, pero lo importante para el Tottenham es que volvió la victoria y con buenas sensaciones a pesar del arreón final de los de Pellegrini. Mourinho ya tiene sus primeros puntos con los Spurs.