Neymar tiene un talento descomunal, inversamente proporcional a su actividad mediática fuera de los terrenos de juego. Y parece que, después de todo, lo que pesa más para Barcelona o Real Madrid es lo primero. Ambos andan enfrascados en la búsqueda de un fichaje de campanillas que, sin embargo, no atraviesa su mejor momento. Ni deportiva, ni extradeportivamente. Ney —no hay que olvidarlo— abandonó el Camp Nou por la pasta y para ser el número uno del mundo, cansado de estar a la sombra de Messi. Lo primero lo ha conseguido con creces; lo segundo hoy en día es una utopía.
Sorprende que el Barça se haya metido en la puja por un futbolista que sí, que tiene magia, talento y que formó con Messi y Suárez un tridente inolvidable. Pero que a su vez no dudó en dejar plantado al Camp Nou por el vil metal con la excusa de querer ser el mejor. Sorprende porque Valverde tiene a su vez al recambio que llegó ese mismo verano, Dembélé, y porque éste ha llegado Griezmann, referente del Atlético en los últimos años y crack con todas las letras. Las diabluras que generará Antoine cuando encaje en el ataque barcelonista pueden ser de aúpa. Y aunque es probable que se le esté buscando una salida —precisamente para hacer hueco a Neymar— también se mantiene en la plantilla culé el decepcionante Coutinho, que se supone debería salir de su depresión futbolística particular en algún momento.
El fichaje de Neymar, además, no saldría precisamente barato. El PSG quiere recuperar parte de esos 222 millones de euros que abonó en su día y no están las arcas del vigente campeón liguero para echar cohetes tras los fichajes de De Jong o el citado Griezmann. De ahí que en las últimas horas, y tras el cierre del mercado en la Premier —que permite salidas pero no entradas— haya aparecido en escena el Real Madrid para ver si con el ‘10’ brasileño se cubre el no fichaje de Pogba. Puede ser el as bajo la manga de Florentino, que si bien este año se ha rascado el bolsillo reforzando la plantilla que dirigirá Zidane, mantiene el núcleo duro del vestuario, con la gran novedad de Hazard. Neymar, en este sentido, sí dotaría al equipo blanco de esa fantasía de la que carece Eden, a la vez que ilusionaría, a priori, al madridismo. Neymar, a pesar de todo, es un líder sobre el verde.
Hace unos meses ya comentamos el ‘sufrimiento’ de Neymar en el PSG. Que si lesiones por un lado, fiestas de cumpleaños por el otro, preparaciones para la Copa América (que finalmente no disputó… al volver a lesionarse)… Ahora los temas extradeportivos vuelven a salpicarle y sigue siendo noticia más por sus polémicas que por su fútbol. Resulta que ahora quiere salir de París a toda costa y volver a ese Barça en el que Messi le eclipsaba… y si no, pues al Real Madrid. Y el tren para ser el mejor parece haber pasado de largo. Neymar tiene 27 años. ¿Cuántos le quedan al máximo nivel? ¿Tres, cuatro? ¿Vale la pena pagar 200 millones por un futbolista más enamorado de su ombligo que del juego? Si ya no los valía en 2017, y estaba en su apogeo… Que el fútbol se ha vuelto loco no es ninguna novedad: a ver con qué nos depara el mercado antes del 1 de septiembre.
En NdF | El sufrimiento de Neymar