Granada Getafe yangel herrera damian suarez

Lluvia intensa; multitud de interrupciones por falta; poca elaboración en el juego; el Getafe, por un lado; el Granada, por el otro. En resumen, los ingredientes perfectos para, como le gusta mucho decir a un amigo, partido reñido a cara de perro. El Coliseum Alfonso Pérez acogió el encuentro entre dos equipos que siguen el mismo manual de instrucciones: asegurar la portería y tratar de marcar a la contra. El partido tuvo muy pocas ocasiones y se resolvió por un detalle, un dudoso penalti cometido por Djené y transformado por el jugador del Granada Ángel Montoro, en el añadido de la primera parte. En la segunda, los azulones se volcaron un poco más al ataque, y a punto estuvieron de conseguir el empate con un testarazo de Enes Ünal al travesaño. Finalmente, el partido se decantó para el lado nazarí, que rubrica una semana mágica tras su victoria en Europa League ante el PSV Eindhoven.

Un partido marcado por las faltas

El encuentro ha sido una oda al fútbol rocoso, entre ambos conjuntos han sumado un total de 42 faltas (19 del Getafe, 22 del Granada). Una media aproximada de falta cada dos minutos. Estas interrupciones han provocado, sobre todo en la primera parte, que no pasase nada sobre el terreno de juego. Más allá del penalti de Djené, el testarazo de Ünal y alguna que otra jugada aislada. Para ser justos, el partido debería haber acabado con tablas en el marcador. Y es que ambos equipos han renunciado a llevar las riendas del partido, salvo por el arreón final del Getafe, que acabó jugando con Ünal, el Cucho y Ángel arriba.

Dos equipos muy parecidos

Son muchos los parecidos que existen entre ambos conjuntos. En primer lugar, y el más notorio, el estilo de juego. Ambos equipos proponen un fútbol poco vistoso, pero efectivo. Lo primordial es poner el cerrojo en la portería y, secundariamente, tratar de encontrar oportunidades a la contra. En segundo lugar, el proyecto. Ambos conjuntos parten con un ascenso a Primera División, dirigidos por un entrenador con poco renombre internacional. Diego Martínez en el caso del Granada y José Bordalás en el Getafe. Acto seguido, han conseguido superar con creces los objetivos planteados al inicio de temporada, llegando a alcanzar cotas europeas. Por último, el perfil de jugador que se busca. Jugadores fuertes y expeditivos, a quienes no les pese tener que presionar durante 90 minutos, con gran capacidad para el repliegue, pero a la vez para salir a la contra. Es tal la coincidencia entre ambos conjuntos que hay hasta 5 jugadores que han jugado en ambos equipos: Nyom, Kennedy, J.Molina, Foulquier y Soldado.

Una derrota “esperada”

Si analizamos los partidos del Getafe en la pasada campaña, y en lo que llevamos de esta, podremos observar como los de Bordalás suele tener serias dificultades ante equipos que plantean un fútbol similar al suyo. Al no estar acostumbrados a llevar la batuta de los partidos, muchas veces no saben como afrontar este tipo de encuentros, donde el rival, aplicando su propia medicina, se encierra atrás y se dedica todo el partido a verlas venir. Sin embargo, ante equipos que llevan el control del partido véase el Real Betis o el FC Barcelona, se sienten como pez en el agua.

Esta jornada el Getafe se ha enfrentado a su hermano pequeño, futbolísticamente hablando, el Granada. Y el maestro Bordalás se ha visto las caras ante su alumno aventajado, Diego Martínez. Y como se suele decir en estos casos: el alumno supera al maestro.

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Dani González