Dolorosa derrota del Betis en el Benito Villamarín. Ante un rival, a priori, directo como es la Real Sociedad. Pese al abultado resultado final (0-3), los de Pellegrini merecieron algo más, en un partido que se resolvió a favor de los donostiarras con dos decisiones clave del VAR. Primero de todo, un inexistente fuera de juego pitado a Sanabria, donde las líneas parecían haber sido trazadas por un niño de 3 años. Y, en segundo lugar, un posible penalti no pitado sobre el mismo delantero paraguayo, quien recibió tal agarrón de Le Normand que acabó con la ‘camisa rota’, como reza la canción. Todo ello cuando los vascos iban ganando por un tanto.
En el cuadro verdiblanco vuelven a aparecerse los fantasmas de la pasada temporada: irregularidad en el juego; poca capacidad para remontar situaciones adversas; una sequía goleadora crónica del delantero de referencia Borja Iglesias (también aplicable a los Sarabia, Loren, Juanmi y Ruibal); una defensa demasiado blanda para lo que exige el proyecto, entre otros elementos a mejorar. A todo ello, se suma un factor que este año se está cebando de lo lindo con los béticos, el VAR.
Esa tecnología que venía para acabar con las injusticias en el fútbol y, dar así, carpetazo a las quejas de entrenadores y jugadores contra los árbitros, a las horas de tertulia televisiva debatiendo sobre una jugada polémica y a los centenares de artículos poniendo en duda la profesionalidad de los colegiados. Parece que aún toca esperar. Lo que estamos viendo del Video Assistant Referee aún deja mucho que desear. Son ya demasiados errores de una herramienta que, además de tener errores, ralentiza el ritmo de los partidos con pausas prolongadas, que muchas veces rompen la tensión del juego.
Pues bien, lo de esta jornada ha sido la guinda del pastel. Desde la sala VOR se dictaminó fuera de juego de Sanabria tirando la línea a la altura del bíceps del delantero, parte del cuerpo con la que, obviamente, no es posible anotar un gol, en lugar de su hombro. Las imágenes hablan por si solas. Pero aquí no acabó todo, Estrada Fernández, arbitro principal del partido, no vio penalti, tras revisar las imágenes, en el notorio agarrón de Le Normand sobre el mismo Sanabria, que tuvo que cambiarse la camiseta rota a causa del agarrón del defensa txuri-urdin. Siendo francos, la Real Sociedad ganó merecidamente el partido, por su superioridad futbolística. Aun así, una actuación justa del VAR podría haber cambiado el devenir del partido en favor de los sevillanos.
Esta más que cuestionable actuación arbitral y del VAR, se suma al más que riguroso arbitraje de la jornada 3 que enfrentó al Real Betis con el Real Madrid. Donde los béticos vieron como les expulsaban a Emerson y concedían penalti a favor los blancos, en dos jugadas con intervención del VAR que rallaban el límite de la legalidad. Ante este irregular arranque, con 3 victorias y 3 derrotas, sumado a las actuaciones arbitrales, parece que el año del Betis empieza de VAR en peor.
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