Achraf Hakimi ha sido noticia en los últimos días por su traspaso al Inter, una sorpresa ya que parecía seguro su regreso al Real Madrid. Se han esgrimido argumentos de todo tipo: económicos, la competencia de Carvajal y también el sistema de juego de Conte, que beneficia a los laterales ofensivos como él. En Milán se encontrará (a no ser que alguien se proponga llevárselo a golpe de talonario) con su excompañero Theo Hernández, aunque en su caso vista la camiseta del eterno rival de los nerazzurri. Un lateral, el francés, que ha brillado en Italia como Achraf lo ha hecho en Alemania con el Borussia Dortmund, y que se apunta al ataque tanto o más que el marroquí, pero en su caso lo ha hecho con una defensa de cuatro.

Ambos formaron parte de la regeneración que buscó el Madrid en 2017 tras el doblete de Liga y Champions, pero que no funcionó en el plano deportivo (sí en el económico, pues ha dejado réditos). Quizá eran demasiado jóvenes, o puede que la competencia de dos jugadores tan asentados como Marcelo y Carvajal fuera una losa muy pesada, el caso es que Theo y Achraf tuvieron que salir del Real Madrid para jugar minutos y seguir creciendo. El primero lo ha conseguido a la segunda tras una cesión irregular en la Real Sociedad, mientras que el primero cuajó desde el principio en la Bundesliga.

Buen rendimiento de Theo en el Milan

Muy pocos podrían esperar el rendimiento que Theo ha ofrecido en Italia tras un mal año en el Madrid y esa irregular cesión en San Sebastián, pero Paolo Maldini no dudó en pagar 20 millones por su traspaso para llevárselo a Milanello. En un año complicado para el club, en el que no funcionó la apuesta por Giampaolo en el banquillo y hubo de ser sustituido por Pioli, Theo ha brillado en su primer año en la Serie A, destacando por su potencia recorriendo la banda e incluso por haber marcado unos cuantos goles, aunque no sea ese su cometido.

Lo ha hecho en una defensa de cuatro, que siempre deja menos margen a los laterales para descuidar sus obligaciones defensivas. Seguramente el francés agradecería una zaga de cinco, como en aquel año en el Alavés de Pellegrino cuando derribó la puerta de tal manera que el Madrid decidió romper el pacto con el Atlético y pagar su cláusula. Como carrilero, y con tres centrales detrás, el peligro no es tan grande a la hora de subir la banda.

Ese ha sido el caso de Achraf en Dortmund, pues la defensa de tres centrales, con Lukasz Piszczek cubriéndole las espaldas, le ha permitido tener más presencia ofensiva y buenos números de cara al gol para un lateral. Pero no creo que Achraf tuviese problemas a la hora de adaptarse a una defensa de cuatro, aunque sus principales virtudes sean ofensivas y no tanto defensivas, pero es el mismo caso que el de Theo y otros tantos. De hecho, con Marruecos también está acostumbrado a la defensa de cuatro e incluso de lateral izquierdo, pues el derecho lo ocupaba Dirar.

Seguramente a otros laterales también les hubiera gustado contar con más compañeros en defensa para dar rienda suelta a sus alegrías ofensivas. Es el caso de Marcelo, a quien tantas veces le ha tenido que hacer la cobertura Sergio Ramos provocando un boquete en la defensa que tenían que arreglar Varane o Casemiro. Pero es tanto lo que da Marcelo en ataque que merece la pena el posible desaguisado.

O si nos vamos más atrás, a Roberto Carlos también le venía de perlas una defensa de cinco. Bien lo sabía Luiz Felipe Scolari, que en el Mundial de 2002 en Corea y Japón jugó con una defensa con tres centrales (Lúcio, Edmílson y Roque Júnior) para potenciar a los carrileros, que eran nada menos que el madridista por la izquierda y Cafú por la derecha. Con un centro del campo de trotones (Gilberto y Kléberson), Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho se ocupaban de hacer magia arriba. No fue el campeón del mundo que mejor fútbol practicaba, pero Scolari supo potenciar las virtudes de los suyos.

Sin embargo, rara vez Roberto Carlos jugó en defensa de cinco en Madrid, apenas el año de la Octava cuando Del Bosque encontró esa solución para paliar los problemas defensivos del equipo y la baja de Hierro por lesión. Con Iván Campo, Karanka y Helguera en el centro de la defensa, Roberto Carlos y Míchel Salgado podrían tener más presencia ofensiva. Pero en defensa de cuatro también fueron grandes laterales, como Marcelo y Carvajal años después.

El sistema de juego habitual de Antonio Conte, con tres centrales y carrileros largos, es el paraíso para futbolistas como Achraf. Así lo fue para Marcos Alonso en el Chelsea o para Lichtsteiner en la Juventus. Pero no tiene por qué ser un motivo definitivo para que un lateral de corte ofensivo dé lo mejor de sí en un equipo.

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Gabriel Caballero

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