Ya hemos hablado del estreno en esta UEFA Champions League 2020-2021 de Barcelona y Real Madrid. La primera jornada nos ha dejado auténticos partidazos, sorpresas y situaciones dignas de menciones. A saber: la derrota del PSG ante el Manchester United en el Parque de los Príncipes, la goleada del Atalanta ante el débil Midtjylland con un golazo incluido del Papu Gómez, el tropiezo del Inter ante el Gladbach, el doblete de Morata ante el Dinamo de Kiev o el triunfo por la mínima del Liverpool frente al Ajax. Sin embargo, a continuación nos centraremos en las actuaciones de los otros dos representantes españoles en la competición: un Sevilla y un Atlético que son la cara y la cruz de la moneda continental.
Un Sevilla que no deja de competir
El Sevilla se midió al pez gordo del Grupo E, en el que está encuadrado con Rennes y Krasnodar, y lo hizo en Stamford Bridge para seguir demostrando que lo que hemos visto hasta la fecha no ha sido fruto de la casualidad. Empatar a cero ante el ‘Súper Chelsea’ es un más que meritorio resultado en el regreso a la Liga de Campeones de los de Julen Lopetegui. Los hispalenses siguen mostrándose como un equipo capaz de competir contra todo y todos, un ejercicio práctico que ya desplegó en la Supercopa de Europa contra el Bayern de Múnich. De los cuatro representantes de LaLiga en Europa, el Sevilla es el que más confianza me transmite y el que incluso veo llegando más lejos. Si el año pasado, con todo caras nuevas, fue capaz de levantar la Europa League, éste, con el mismo bloque e interesantes refuerzos, puede ser el del golpe definitivo sobre la mesa. Pinta muy bien.
El Atlético, arrasado por el Bayern
La cruz es para un Atlético que bien podría compartirla con el Real Madrid. Pero centrándonos en el duelo de los rojiblancos, decir que finalmente sucumbió (4-0) ante el dañino Bayern de Múnich, campeón y claro favorito para volver a levantar la Orejona. La autoridad que el conjunto bávaro impone únicamente la estuvo cerca de frenar el Sevilla. En defensa de los de Simeone hay que decir que estaba ante el equipo más en forma del mundo. Una máquina perfectamente engrasada, en la que todos encajan como un guante, en la que juegue quien juegue, su fútbol, verticalidad e intensidad no se resienten y en la que ninguno de sus registros merma. No era tarea fácil para los colchoneros, que tuvieron momentos de cierta lucidez e incluso pudieron adelantarse. Pero si concedes opciones a los de Flick, éstos no perdonan. Y eso sucedió. Sublime Coman, derechazo de Goretzka y chicharrazo tremendo de Tolisso. Por suerte para los atléticos, los siguientes rivales serán el Salzburgo y el Lokomotiv que, por cierto, empataron a dos.
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