El último día del mercado de fichajes es a los clubes lo que el Black Friday para los humanos consumistas. Todo lo que no se ha comprado durante los dos meses anteriores, llega en forma de ganga, de descuento, de ganas de quitárselo de encima por parte de la entidad de origen. Y aparecen chollos, como el que encontró el PSG cuando llamó a la puerta del Barcelona para preguntar por Rafinha y Bartomeu, con tal de rascar cuatro pesetas, ahorrarse la ficha del canterano y seguir maquillando las cuentas, increíblemente aceptó. Le dijo sí al mismo club que años atrás le arrebató a Neymar, se cerró en banda el verano pasado cuando lo quiso de vuelta y al mismo club que hizo oídos sordos a su deseo de fichar a Verratti, Rabiot, Marquinhos o Thiago Silva. El Barça de Bartomeu es el Black Friday todos los días del año, y aceptó que Rafinha se marchara a Paris por 3 millones en variables y un 35% del posible futuro traspaso del centrocampista. Como si Al-Khelaïfi tuviera necesidad de vender. Las variables, a todo esto, no se conocen. Pero que nadie dude que son inalcanzables: a saber: que Rafinha juegue los 38 partidos de la Ligue 1, que meta cuatro goles de rabona ante el Lyon y que el PSG gane la Eurocopa. Con lo bien que le hubiese venido el brasileño al Celta de Vigo…
Otro tema capital en el seno culé antes del cierre del mercado era la llegada del ansiado central y de un sustituto para Luis Suárez. Durante los últimos días corría el rumor que para que llegara Eric García, del Manchester City, debía salir sí o sí Todibo. El francés, fichado del Toulouse en 2019, es el típico futbolista que reúne todas las condiciones para, con confianza y continuidad, convertirse en importante. Básicamente lo que suele hacer el Sevilla y que hace tan bien con jugadores como Koundé o Diego Carlos, y que en el pasado ya hizo con Lenglet. Mientras que el primero se ha convertido en el líder de la zaga hispalense, Todibo deberá seguir sacándose las castañas del fuego en el Benfica, al que han mandado dos temporadas a cambio de 2 millones de euros y una opción de compra ―no obligatoria, lógicamente― de 20 kilos. El anuncio de la cesión de Todibo debía coincidir, pues, con el de la llegada de Eric García. Agua. Cuentan que finalmente el City no aceptó la propuesta azulgrana de 10+8 millones y en el Etihad, como en el Parque de los Príncipes, tienen el dinero por castigo, prefirieron que el joven internacional formado en La Masia se pase el último curso de su contrato como quinto central que en el Camp Nou. Lo extraño no era que finalmente desde Manchester se negaran a vender a Eric, sino que el Barça terminara prescindiendo de Todibo en una posición en la que carece de efectivos. Lenglet, Piqué, Umtiti y Araujo, al que se le ha hecho ficha del primer equipo, es todo el arsenal defensivo con el que contará Ronald Koeman. Cuatro que son tres, porque Umtiti desde hace demasiado, vive una particular travesía por el desierto que nadie comprende y que le ha llevado a ser transferible, aunque esta vez Bartomeu no ha tenido a quién regalarlo.
¿Y el sustituto de Luis Suárez? Don Nadie. En verano se decía que para que llegara Lautaro debía primero marcharse el uruguayo. Cuando se marchó al Atlético, Lautaro era demasiado caro. Luego el nombre elegido por Koeman para reemplazarlo era Depay, que es de todo menos ‘9’. Se dio por hecha su llegada: primero por 25 millones e incluso después se habló de hasta por la mitad. Pero apareció otra ecuación a resolverse antes de que llegara el holandés del OL. Ahora era Dembélé el que debía hacer las maletas para que prosperara el fichaje de Depay. No importa, se hubiese marchado Ousmane y, visto lo visto, tampoco hubiese cristalizado la llegada del ‘9’ que no es ‘9’. Así que lo más parecido a un ariete que tendrá el Barcelona este curso es Braithwaite, al que meses atrás situaban en la Premier por unos 20 kilos. Raro que no lo hayan acabado cediendo…
El capítulo de entradas se cierra pues, con los fichajes de Pjanic, Dest, Pedri y Trincao ―estos dos anunciados desde enero―, el regreso de cedidos como Coutinho ―obligado a marcar diferencias―, Aleñá ―que en principio no contaba para Koeman― y la inscripción en el primer equipo de Riqui Puig ―caso como el de Aleñá― y Araujo, que pasará a ser el tercer central. A última hora también se conoció que el Barça había inscrito en la Liga a Matheus Fernandes, el ‘Busquets brasileño’ (?) por el que la entidad barcelonista desembolsó 7+3M€ en enero, lo cedió a un Valladolid en el que estuvo prácticamente inédito, que ni siquiera ha sido presentado y que de momento no ha contado para el héroe de Wembley. Es llamativo que se paguen 10 kilos por un futbolista sin apenas bagaje y se regale a Rafinha, un hombre de la casa y con sobrada calidad y experiencia, a un rival directo por la Champions y al enemigo número uno en los despachos. Pero así se hacen las cosas en Can Bartomeu. Y, ciertamente, ya no sorprende nada.
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